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El PSE fija como "estratégico" el objetivo de desbancar al PP en Álava y Vitoria

La ejecutiva federal del PSOE incluye Vitoria entre las ciudades prioritarias en 2007

El PSE-EE pondrá gran parte de su esfuerzo del curso político entrante en colocarse en una posición que le permita en las elecciones de 2007 desplazar al PP de las principales instituciones alavesas, la Diputación y el Ayuntamiento de Vitoria. La pugna ha comenzado ya y cuestiones estratégicas, como el soterramiento del tren por la capital, dejan ver un estrecho marcaje recíproco. El PSE asegura que no retrasará ningún proyecto en espera de alcanzar el poder. "No se va a ralentizar ningún paso como consecuencia de que tengamos un alcalde del PP", afirman.

Las elecciones locales de 2003 constituyeron una importante decepción para los socialistas alaveses, colocados de nuevo por la ciudadanía en una incómoda tercera posición, que le impidió justificar su aspiración a gobernar una de las dos grandes instituciones de ese territorio. La estrategia del PSOE respecto del PP, entonces en el Gobierno central, se tradujo en una orden del secretario general, José Luis Rodríguez Zapatero, al hoy presidente del Senado, Javier Rojo, para votar en la diputación al popular Ramón Rabanera frente a la coalición más votada, PNV-EA, y hacer lo propio en el ayuntamiento con Alfonso Alonso.

Ahora en cambio, Álava, y sobre todo Vitoria, entran de lleno en los objetivos marcados por la secretaría Federal de Política Municipal y Libertades Públicas del PSOE, que dirige Álvaro Cuesta: conseguir las alcaldías de las localidades de más de 50.000 habitantes donde está en la oposición, "prestando especial atención a las ciudades de más de 200.000 habitantes, por tratarse de municipios donde el PP obtiene mejores resultados desde 1995 y donde tenemos grandes expectativas de voto". La ejecutiva federal prevé que en estas ciudades, entre ellas Vitoria, "se puede producir un vuelco electoral" muy favorable a sus candidaturas.

Esta apuesta coincide con el deseo de los socialistas alaveses, desde que Rojo acusó en 2003 a Rabanera de haber incumplido un pacto, que éste siempre negó, para cederles la cabeza de una de las dos instituciones, Diputación o Ayuntamiento de la capital, y le advirtió de que su respaldo empezaba y acababa en la investidura. "El PP no volverá a tocar poder con nuestra ayuda nunca más", dijo en privado en aquellos días.

Tras proporcionar a Rabanera y Alonso dos años de pesadilla, los socialistas cambiaron su táctica este otoño. Negociaron los presupuestos, al mismo tiempo que hacían lo propio con los del Gobierno vasco. El argumento fue que de esa manera emergían como una fuerza central e imprescindible para la gobernabilidad.

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"Es nuestro momento", se muestra convencido el secretario general de los socialistas alaveses, Juan Carlos Prieto, previsible candidato a diputado general. "Álava y Vitoria han ensayado ya gobiernos liderados por nacionalistas y por el PP y creo que la ciudadanía nos va a reclamar a los socialistas en 2007", predice Patxi Lazcoz, secretario de organización y también previsible candidato a repetir cabeza de cartel en la pugna por la alcaldía de Vitoria. Liderar ambas instituciones es "estratégico, con mayúsculas", dice. Frente a la tercera plaza en la que las urnas dejaron clavado al PSE en 2003, ese partido ha ganado en Vitoria todas las siguientes elecciones, generales y europeas de 2004 y autonómicas de 2005.

Con la vuelta de la izquierda abertzale al ruedo electoral y confiados en una coyuntura que les favorecerá de por sí, a nada que el proceso de paz avance razonablemente y abra la puerta al debate de proyectos saliendo de la dialéctica nacionalista-no nacionalistas o constitucionalistas-soberanistas, los socialistas alaveses ven por primera vez al alcance de su mano alzarse con la primera plaza. "Hay elementos nuevos en la política que van a desplazar a los partidos que siguen anclados en marcar las diferencias y en un lenguaje que la sociedad no aguanta ya. Los ciudadanos no nos preguntan tú quién o de quién eres, sino tú que propones, y ése es un terreno cómodo para nosotros, donde tenemos mucho más que decir, más capacidad de interlocución con el adversario político que ningún otro, y más posibilidad por tanto de garantizar gobiernos sólidos y solventes, sea con la fórmula que sea", analiza Lazcoz.

En el PSE no se habla ya de Álava y Vitoria como muro de contención a los proyectos soberanistas, un lenguaje que se deja para el PP, pero sí se confía en que ambas sigan siendo ámbitos de "manifestación visible e institucionalizada de la pluralidad vasca". Si conserva San Sebastián y los grandes núcleos que gobierna en Guipúzcoa y Vizcaya el PSE se hablará de tú a tú con el PNV.

Una reunión de los últimos candidatos de PP, Ramón Rabanera, y PSE, Javier Rojo, a la Diputación de Álava.
Una reunión de los últimos candidatos de PP, Ramón Rabanera, y PSE, Javier Rojo, a la Diputación de Álava.P. J. P.

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