1.600 multas por invadir los carriles bici de forma flagrante

Pese al incremento de los usuarios de la bicicleta en Barcelona -se calcula que la ciudad tiene 43.000-, el Ayuntamiento ignora cuáles son los puntos negros de la red que utilizan los ciclistas a excepción de los lugares en los que se han producido accidentes. Mientras, las 1.600 multas (sólo en casos flagrantes y reincidentes) que ha impuesto este año la Guardia Urbana por estacionar e invadir los carriles bici demuestran que el espacio del velocípedo no es respetado.

El número de vehículos de todo tipo que invaden los carriles bici o aparcan a diario en ellos es incontable, reconocen los agentes de la Guardia Urbana, que suelen limitar las sanciones a cuando esas actitudes son flagrantes, reincidentes y crean una situación de riesgo. "Hace unos días en un cruce del Eixample se amonestó a un conductor de una motocicleta por circular por el carril bici. Y dos o tres manzanas después se le multó porque seguía haciéndolo pese a haber sido amonestado", explica José Reina, intendente de la Guardia Urbana del Eixample, distrito que concentra la mayor parte de los carriles bici de Barcelona y que cuenta con tres patrullas de agentes que se desplazan en ese vehículo. Reina opina que hay un problema de respeto de las normas que afecta a todos -peatones, bicicletas, vehículos y motocicletas- y que el elemento de tráfico más vulnerable es el ciclista.

El año pasado, la Guardia Urbana impuso 2.048 sanciones por estacionar en carril bici y 700 a motocicletas por circular por esa zona reservada. Ese mismo año, se sancionó a 27 ciclista por saltarse el semáforo generando peligro y a 184 por hacerlo aunque sin generar situaciones de riesgo. En lo que va de año, los agentes han multado a 1.090 vehículos por estacionar o parar en carril bici y a 663 que circulaban por él, capítulo en el que hay de todo: vehículos privados, furgonetas de reparto, taxis y hasta algún vehículo municipal.

En los primeros seis meses del año han impuesto 85 multas a ciclistas por saltarse el semáforo y 58 a usuarios de la bici que circulaban por lugares no autorizados o con exceso de velocidad - más de 10 kilómetros por hora-en zonas reservadas a los peatones.

"Se nota el incremento de usuarios de la bici, y la falta de costumbre también", opina el intendente de la Guardia Urbana, que considera que es necesario mejorar la red de los usuarios de la bicicleta y aclarar las normas: "La ordenanza de circulación tiene ya unos años y hay que adecuarla a la realidad, ya que cada vez hay más gente que se desplaza en bicicleta".

En la calle, las cosas se ven de una manera, pero en los despachos municipales, donde se decide la política de movilidad, se ven de otra. Y comoquiera que el número de accidentes en los que se ven involucrados ciclistas es considerado "bajo" -unos 400 en 2005-, no se considera necesario levantar un mapa de los puntos negros de la red: "Se producen incidentes, pero es una cuestión más de convivencia que de tráfico", afirma Ángel López, director de los servicios de Movilidad del Ayuntamiento de Barcelona. Y apunta, por ejemplo, que el problema que se tiene que afrontar es el del aparcamiento en la calle. "Este año pondremos 2.000 barras más", dice.

El Área de Movilidad es una de las responsables de la organización de la red de la bicicleta en la ciudad, junto con la regiduría de Promoción de la Bicicleta, de la que se encarga el edil Jordi Portabella. Es, de hecho, una bicefalia que en no pocas ocasiones chirría porque se defienden posturas diferentes. Portabella conoce que hay intersecciones muy señaladas por lo usuarios de la bici como zonas de riesgo y sabe que el hecho de que el carril bici de la Gran Via no esté conectado -muere por un lado en Urgell y por otro en el paseo de Gràcia - supone problemas para todos: "Hay que buscar mejoras en la actual red para evitar la colisión de posturas y sobre todo para seguir promocionando un transporte saludable y no contaminante".

Declaraciones y presentaciones de proyectos de alquiler de bicis públicas al margen, es evidente que la gestión municipal no repara demasiado en las bicicletas. Ejemplo: un buen trecho del carril bici segregado del Paral·lel -muy transitado- está inutilizado hace dos meses y los ciclistas no tienen otra opción que circular por la acera entre las quejas de los peatones o bajar a la calzada y enfrentarse a la marabunta de coches y motos. A nadie se le ha ocurrido trazar un itinerario alternativo.