Fútbol mixto

La situación argumental de la deliciosa comedia shakespeariana Noche de reyes sirve como coartada para esta peripecia de autosuperación personal y esperables triunfos, en la cual una arrojada muchacha (la aspirante a estrella juvenil Amanda Bynes) se hace pasar por su hermano para lograr derrotar al equipo de fútbol de su antiguo novio.

No será recordada, ciertamente, por la indigencia de su puesta en escena, ni por su inexistente dirección de actores, ni por ningún otro de sus rubros artísticos. Si acaso, por el apunte sociológico que está en la base de la operación, y que nos informa del cada vez más fuerte peso del fútbol femenino en la realidad cotidiana americana. Cierto, tampoco es un dechado de respeto por las normas del deporte rey, ni su responsable parece saber filmar las secuencias que dan cuenta del partido que desde el comienzo se dirime, ni... en fin, que es una de veranillo fresco, de tontos amoríos adolescentes, y pare usted de contar: avisados quedan.