Michael Douglas recupera el cine de espías en 'La sombra de la sospecha'

La sombra de la sospecha, que se estrena el próximo día 21 de julio en los cines de España, "es un historia clásica, un thriller", según su protagonista y productor, Michael Douglas. Política y suspense se mezclan en este título que reengancha "con la tradición de las películas de espías, con topos (infiltrados, dobles agentes al servicio de países enemigos) tan habituales en la época de la guerra fría", según detalló ayer a la prensa Douglas, en Deià, Mallorca, cerca de su casa de S'Estaca.

"Siempre me ha gustado la imagen de los agentes secretos con sus gafas negras porque no se sabe lo qué pasa detrás", describió el actor nacido en 1944, tras sortear las preguntas acerca de las expresiones de poder-sexo-violencia y actualidad política que se comprimen en la cinta. "La mayoría de las películas están basadas en tres o cuatro conceptos y al final todas se expresan mejor o peor. Las películas siempre son la concepción o percepción de un individuo".

En La sombra de la sospecha, Douglas representa a Pete Garrison, un agente secreto de EE UU del entorno inmediato del presidente -protege a su esposa-, que tiene un sello legendario por haber salvado la vida a Reagan.

La obra triangular, acelerada y con regateos de actualidad sobre el terrorismo internacional, está basada en el libro The Sentinel, de Gerald Petievich. La dirección es de Clark Jonson, actor y autor de series. Reaparece Kim Basinger como primera dama de la Casa Blanca y se relanza Eva Longoria.

Kiefer Sutherland y Martin Donovan son los alfiles del reparto y del complejo damero de intrigas, chantajes y trazas de amor furtivo. El hijo de Kirk Douglas ponderó el trabajo de su amigo Kiefer, exitoso actor en la serie 24 e hijo también de un artista que proyecta mucha sombra sobre su descendencia, Donald Sutherland.

Douglas es implicado en un intento de magnicidio, aparenta ser el falso culpable, en una operación dirigida por unos indefinidos espías del antiguo KGB y de una ex república de la antigua URSS, que se asimilan a Al Qaeda.

En la película, el enemigo queda sin constatar. "El director", señaló Michael Douglas, "quería nadar y guardar la ropa. La figura del topo, en la etapa de la guerra fría existía pero nunca llegó tan lejos, al lado de un presidente, con un plan para asesinarlo. Estamos en una nueva era y ante un grupo diferente de criminales".

La identidad del objetivo final del crimen tampoco se aclara, no se define quién manda en la Casa Blanca, si republicanos o demócratas. "Tal como está polarizada la situación hacia el actual presidente no se quería entrometer (en la política concreta)", manifestó.

Productor de películas como Alguien voló sobre el nido del cuco, Douglas quisiera sumar alguna otra cinta más de ese tenor a su currículo. No desdeña el cine con mensaje o compromiso: "Yo intento variar, alternar, el tipo de películas. He acabado El rey de California y estoy muy orgulloso de ella. Hoy presento cine político, la siguiente obra será una comedia. No siempre se puede esperar a que surjan proyectos con valores sociales. Una película de mensaje social debe ser también entretenida".

Douglas, delgado, más rubio de lo habitual y con un toque de sol en la cara, antes de recibir en un hotel, en grupos y por turnos de 20 minutos a los periodistas, posó para fotógrafos y cámaras. La mayoría de acreditados por la productora Fox fueron emplazados por ésta a firmar una declaración comprometiéndose, "a no vender o compartir el material" a la revista ¡Hola! Douglas tuvo un pleito sobre la exclusiva de su boda Catherine Zeta-Jones con Hello! de la misma empresa que la publicación española. EL PAÍS no firmó la requisitoria.