El juez y la bofetada
El juez Calatayud se ha convertido durante los últimos años en modelo de referencia para quienes trabajamos en el ámbito de la infancia y consideramos que los derechos de los niños y niñas pueden y deben ser una realidad en nuestro país. Por ello precisamente, Save the Children considera tanto más obligado reaccionar a algunas de sus consideraciones (Domingo, 9 de julio de 2006). El juez tiene razón al decir que "muchos piensan lo que pienso yo, pero no lo dicen". Las encuestas del CIS dicen que el 56,9% de los adultos españoles consideran que dar una bofetada a un niño es necesario en alguna ocasión. Hay que reconocerle la honestidad y valentía de manifestar sus opiniones, pauta que, por otro lado, ha regido su carrera.
Estamos de acuerdo con que hay que recuperar la autoridad de los maestros y de los padres, pero no basándola en la violencia. "Amor, autoridad y respeto", dice el juez que es ser padre. Ninguno de esos tres valores tienen o deberían tener nada que ver con la violencia. La autoridad es mucho más que diálogo: es negociar, decidir, saber decir no, establecer normas claras y consistentes... muchas cosas para las que no hace falta pegar. Las bofetadas nunca llegan a tiempo, siempre llegan demasiado tarde, cuando ya la situación se nos ha ido de las manos, son fruto de nuestra falta de recursos para encontrar una alternativa, de nuestro cansancio, agotamiento o enfado. Si la bofetada es a un adulto, nadie se plantea que sea "en el momento justo" o que "haya que saberla dar". Son adultos, y como personas tienen derecho al respeto a su integridad física y psicológica. Los niños y niñas también, juez Calatayud.
Un último apunte. Dar azotes y bofetadas a los niños y niñas sí es ilegal en nuestro país. No sólo la Convención sobre los Derechos del Niño de Naciones Unidas que España ratificó en el año 1990 lo recoge, sino que nuestro propio Código Penal recoge expresamente la prohibición "del uso de cualquier tipo de violencia contra los niños y niñas". Esperamos además lograr la modificación del artículo 154 del Código Civil, para eliminar la ambigüedad que sirve al juez Calatayud y a los que comparten su opinión para afirmar que el castigo "no sólo no es ilegal sino conveniente". Recordarles que el "castigo razonable y moderado" necesario para los límites y la educación, no son las bofetadas sino, por ejemplo, las sentencias rehabilitadoras del juez Calatayud, y en ninguna de ellas incluye como medida rehabilitadora las bofetadas o azotes.
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