Premio devaluado
La concesión a Zinedine Zidane del premio que le reconoce como el mejor jugador del Mundial de Alemania me genera muchas dudas. No voy a discutir las excelencias futbolísticas de uno de los mejores jugadores de la historia. Pero su impresentable acción violenta le descalifica para merecer tan alto honor.
¿Qué le voy a decir a mi hijo de 10 años cuando me pregunte por qué se premió a un futbolista que, a treinta metros del balón, practicó algo parecido a la lucha libre americana? ¿No está entre los valores del deporte el juego limpio?
Y todavía algunos dicen que el árbitro se cebó con Zizou o que el colegiado no debió actuar al no ser testigo directo de la acción del astro francés. La roja fue más que merecida y, si continuara en activo, debería caerle una docena de partidos. Porque con su popularidad y relevancia es aún más grave el penoso ejemplo que dio en la final. Espero que, al menos, sepa pedir perdón públicamente.
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