El comisario general de Información estuvo al margen
La investigación abierta por el juez Fernando Grande-Marlaska en relación con una supuesta filtración a colaboradores de ETA de una operación policial para desarticular el aparato de extorsión de la banda terrorista ha tenido como primera víctima al comisario general de Información, Telesforo Rubio, pese a que desde el primer momento estuvo al margen del operativo.
Grande-Marlaska decidió apartarle de la investigación como respuesta a lo que entendió falta de celeridad al facilitar al juez información sobre la red de extorsión. El magistrado se molestó al recibir un lunes el informe de unas escuchas realizadas tres días antes, donde Joseba Elosua, uno de los jefes de los intermediarios utilizados por ETA para cobrar el impuesto revolucionario en Euskadi, explicaba cómo un policía le había alertado sobre el seguimiento que le estaban haciendo.
Las grabaciones se hicieron un jueves, pero, según fuentes de la investigación abierta para conocer lo ocurrido, el informe por escrito no estuvo terminado hasta ese lunes, cuando se remitió al juez en un escrito que firmaba el propio Telesforo Rubio, aunque no tenía nada que ver con esa operación y los policías que la hacían rendían cuentas directamente al juez.
Según los documentos firmados por el propio juez y su colega francesa Laurence Le Vert para crear un equipo conjunto de investigación de la red de extorsión, Telesforo Rubio no tenía ningún papel en la operación ni dirigía a los policías que intervinieron en la misma, que se debían a ambos jueces.
Ese documento fue firmado en París el 31 de enero de 2006 y tenía una introducción donde se explicaba que tanto la Audiencia Nacional como el Tribunal de Grande Instancia de París seguían desde hace años la red de extorsión de ETA "que actúa tanto en España como en Francia para organizar un proceso de extorsión de fondos en perjuicio de empresas españolas y para recaudar los fondos y transmitirlos a la dirección de la organización en Francia".
La investigación francesa
El documento aclara que en esa fecha, enero de 2006 (dos meses antes de la declaración del alto el fuego permanente), "aparece en Francia que varios miembros de la red se encargarían de transmitir las cartas enviadas por ETA a los empresarios españoles en el Suroeste". "La investigación muestra", aclara el escrito, "que entre ellos podrían figurar varias personas conocidas por una pertenencia antigua a la organización ETA y residentes en la proximidad de Bayona y Hendaya". De parte española se señala que otros miembros de la red se encargarían de asegurar la relación con los empresarios extorsionados y que esta red estaría localizada en Irún y sus alrededores "y ejercería sus actividades en las inmediaciones del restaurante bar El Faisán".
Por esas razones se constituyó un equipo conjunto de investigación a las órdenes de los jueces Marlaska y Le Vert, cuyos jefes policiales fueron el francés Pascal Bonnet y el español Carlos Germán. El acuerdo establecía entre las condiciones la "confidencialidad de la información, jurídicamente exigible por el secreto del procedimiento". Las condiciones para hacer uso de esa información las ponían los jueces Le Vert y Marlaska, a quienes rendían cuentas los policías, que encabezaban un equipo compuesto por otros 12 agentes (seis franceses y seis españoles).
La investigación abierta por el juez Marlaska respecto a supuestas filtraciones a colaboradores de ETA por parte de la policía ha exculpado a Telesforo Rubio. En un informe remitido al juez Baltasar Garzón se detalla cómo muchos de los datos de la investigación eran desconocidos por el comisario general de Información al que apartó Marlaska.
