Milicias chiíes asesinan a sangre fría a decenas de civiles suníes en Bagdad
La sucesión de matanzas aumenta el temor a que estalle una guerra civil abierta
Milicianos chiíes tomaron ayer un barrio suní de Bagdad y mataron a sangre fría a decenas de civiles en una atrocidad que ha hecho aumentar el temor al estallido de una guerra civil sectaria de grandes proporciones. El Ministerio del Interior señaló que al menos 42 personas fueron asesinadas en el distrito de Jihad, al oeste de Bagdad, por milicianos que montaron falsos controles cerca de una mezquita chií donde un coche bomba había matado a tres personas el sábado. Horas más tarde una veintena de personas fueron asesinadas en un doble atentado cerca de una mezquita chií de la capital.
En otros dos barrios suníes pudieron escucharse disparos cuando caía la noche. Muchas de las personas asesinadas en la matanza de Jihad fueron obligadas a bajar de los coches en falsos controles y asesinadas después de comprobar que eran suníes. Los milicianos pedían la documentación a sus víctimas para ver si sus nombres eran típicamente suníes.
Un periodista de Reuters vio cuatro cuerpos tirados en la calle, de víctimas con las manos atadas y los ojos vendados, con disparos en la cabeza, mientras que un residente de este distrito dijo que decenas de personas se encontraban en las calles, después de haber sido sacados de sus casas. Fuentes del principal hospital del oeste de Bagdad señalaron que habían recibido 29 cadáveres provenientes de Jihad, y que su morgue se encontraba totalmente desbordada.
La violencia sectaria, que se ha disparado en los últimos meses en Irak, ha llevado al primer ministro, Nuri al Maliki, a anunciar un plan de reconciliación nacional, para tratar de frenar las matanzas entre los chíies, mayoritarios en Irak, y la minoría suní, que dominó el país durante décadas, sobre todo durante la dictadura de Sadam Husein.
La policía y políticos suníes acusaron a comandos paramilitares y al Ejército del Mahdi, del clérigo radical Muqtada al Sáder, de la matanza, pero portavoces de la milicia chií negaron su implicación en los hechos. Un responsable político de origen chíi aseguró que militantes del Ejército del Mahdi se desplazaron al distrito de Jihad, pero insistió en que no eran responsables de la masacre. Según este político, capturaron a suníes "acusados de perpetrar atentados". "Hay muchos terroristas en este barrio responsables de asesinatos de chiíes, así que fueron a combatirlos", agregó. Soldados iraquíes se desplazaron a la zona e impusieron el toque de queda.
Aunque decenas de personas han sido asesinadas por motivos sectarios con coches bomba y también por escuadrones de la muerte, la escala de esta matanza, con decenas de hombres armados atacando un barrio de Bagdad, es inédita. Hasta ahora, este tipo de matanzas sólo se habían producido en pequeñas poblaciones. Los asesinatos sectarios se han disparado desde el 22 de febrero, cuando fue dinamitado uno de los principales santuarios chiíes de Irak, situado en la ciudad suní de Samarra.
Al anochecer, en lo que parece una venganza por la matanza de Jihad, dos coches bomba estallaron en una mezquita chií de Bagdad matando a cerca de 20 personas. La primera explosión se produjo en torno a las seis y media de la tarde. Unos diez minutos después, cuando una multitud se acercó a ayudar a las víctimas, se produjo la segunda explosión.
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