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Reportaje:

Aupado por Sartre, despedido por Rothschild

Serge July, el carismático fundador de 'Libération', abandona el periódico tras una larga crisis de creatividad

No hubo lágrimas el día de su salida de Libération. El pasado 29 de junio, cuando Serge July dijo adiós a la redacción del diario que había fundado en 1973 junto a Jean Paul Sartre, pocos se acordaban de aquella votación, a finales de la década de 1970, para comprarle un traje y que resultara más presentable frente a los poderosos. Ahora viste a medida y ya eran pocos quienes le tuteaban; había dejado de ser Serge para convertirse en July.

El penúltimo desencuentro, no solo con buena parte de los miembros de la redacción, sino -y especialmente- con sus lectores, fue su furibundo editorial contra quienes votaron "no" al Tratado Constitucional Europeo, acusándoles de xenófobos. Y el último forcejeo, la huelga de cinco días del pasado mes de noviembre que siguió a la presentación del plan de reducción de plantilla exigido por el nuevo accionista, el financiero Eduard de Rothschild, el mismo que ahora le ha despedido.

Este hombre de 63 años, con su cara de duro de película, ha sido uno de los grandes periodistas del último tercio del siglo XX, un renovador del género, creador de un modelo que identificaba a una generación, vivo, sorprendente, arriesgado, y que en su mejor momento nunca dejaba indiferente y señalaba las pautas de la acción social, cultural y política. A veces, una simple foto en la portada, una frase irónica, bastaban para forzar un giro en el Gobierno. Pero en los últimos años había perdido fuelle y frescura; rigor y coherencia, aunque tan recientemente como en 2002, tras el resultado de la primera vuelta de las elecciones presidenciales que dejó a Jean-Marie Le Pen frente a Jacques Chirac, la famosa portada de Libé con la cara del candidato ultraderechista emborronada por un "No" gigante, llegara a vender más de 800.000 ejemplares.

Los problemas de Libération y la salida de July anticipan el principio del fin de una época, la marcada por la generación del mayo de 1968, que ha ocupado -y ocupa todavía- la vida pública francesa. Sirva su trayectoria vital como ejemplo. Forjado en el mayo de 1968, militante de la extrema izquierda, maoísta, fundador del grupúsculo Izquierda Proletaria, July escribía en agosto de 1968, a la vuelta de un viaje a Cuba: "Mayo (...) ha puesto en pie a la sociedad francesa, ha resituado la revolución y la lucha de clases en el centro de toda estrategia". Y añadía: "Sin querer jugar a ser profeta, el horizonte de Francia en 1970-1972 es la revolución, mayo en Francia es el comienzo de una lucha de clases prolongada".

Pero como buena parte de los líderes revolucionarios, procedía de una familia burguesa. Hijo de un ingeniero, estudió Historia del Arte en la Sorbona y pronto colaboró en el periódico Clarté y otros medios con artículos sobre cine, literatura y arte. En marzo de 1968 se unía al movimiento que dirigía Daniel Cohn Bendit y en los años siguientes militó en varios grupos maoístas.

Cuando en 1972, un grupo maoísta encabezado por Benny Lévy, junto a Jean Paul Sartre, Jean Claude Vernier, Philippe Gavi y Jean Rene Huelu, lanza Libération, July es nombrado responsable político del proyecto. El diario sale a la calle a principios de 1973 con Sartre como director. July le sucede en 1974.

En su primera fase es un periódico militante que proclama: "Pueblo, toma la palabra y consérvala". En 1980,July proclama: "El izquierdismo y la contracultura ya no son fuerzas creativas", y decide hacer periodismo puro y duro, en la escuela de los grandes periódicos populares. No se mira en Le Monde, sino en France Soir, en un modelo atractivo gráficamente, con grandes y buenas fotografías, y jugosos titulares. Libé reaparece en 1981 con una estructura comercial e industrial relativamente sólida, gracias a la entrada de socios capitalistas. El renacido Libération corre parejo con la llegada de la izquierda al poder en Francia, con François Mitterrand. Su llegada es, en cierto modo, el acontecimiento determinante de la generación de los sesentayochistas, la puerta abierta a los sueños. Para el periódico comienza su época dorada. July y Mitterrand se frecuentan; Libé ejerce de oráculo del poder y su director se transforma en una figura mediática.

El primero de enero de 1993 July sufre un terrible accidente que le deja desfigurado y maltrecho. Se recupera, pero ya no es el mismo, ya no escribe editoriales ni sigue tan de cerca el día a día del periódico. Mitterrand deja el poder y muere, poco después. Libération, que se mantenía en torno a los 200.000 ejemplares, pierde lectores. La publicidad también baja y las pérdidas empiezan a ser considerables.

July se casa con una mujer mucho más joven que él, la cineasta Marie Genin, con la que tiene dos hijas. Con ella produce programas de televisión y documentales, como Il etait une fois... Rome ville ouverte. Tiene otros intereses. Sus últimas intervenciones en defensa del "realismo económico" o a favor del "liberalismo libertario" y contra el "bloqueo" de la sociedad francesa han levantado oleadas de críticas de sus compañeros de la izquierda. Su última pirueta: para salvar de la quiebra al diario, mete como accionista al financiero cuyo solo nombre es el epítome del capitalismo: un Rothschild, el mismo que meses después le despide.

Jean-Paul Sartre, preparando con varios periodistas la salida de <i>Libération</i> en mayo de 1973.
Jean-Paul Sartre, preparando con varios periodistas la salida de Libération en mayo de 1973.AFP
Serge July, en 2005.
Serge July, en 2005.REUTERS / CHARLES PLATIAU

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