"Ahora sé lo que sufren aquí"
Amjad Mohesen, estudiante de 17 años, pasa cada noche en un sitio huyendo de las bombas
"Sólo el cierre de la Terminal de Rafah nos pone muy nerviosos. En especial a mi padre, que puede perder el trabajo y el permiso de residencia. Y yo, un año de estudios. La situación de mi padre se proyecta a toda la familia de una manera insoportable. Yo soy deportista. Me he traído el equipo para bucear, mis cañas y anzuelos. Todo me lo ha prohibido porque no se puede ir a la playa. Es muy exagerado. Tiene pánico.
Normalmente mis primos suelen venir a casa. Pero como está por donde entran los tanques israelíes, vivimos como los beduinos, de un sitio a otro. Cada noche la pasamos en casa de unos tíos.
Es martes y mi padre nos llama cada dos por tres. ¿Dónde estás? ¿Cuándo vuelves? Yo no tenía móvil aquí, pero ahora me ha comprado uno. Es un rollo. Tenía pensado ir a visitar la Universidad Islámica, que es donde estudia mi hermano y donde yo quiero ir el año que viene. Pero la han bombardeado y no nos deja.
Las barbacoas que hacíamos en casa son en estos momentos imposibles. Mis hermanos pequeños tienen mucho miedo a los bombardeos. No están acostumbrados como los niños que viven en Gaza.
No hay manera de ver el Mundial de fútbol. No hay luz en mi casa ni en la de mis tíos. Uno se siente incómodo por tener que estorbar tanto a los parientes, aunque sé que lo hacen por nosotros. A nosotros no nos falta dinero, y podríamos comprar de todo, pero como no se pueden conservar alimentos a causa de la falta de electricidad, mi madre sólo hace bocadillos.
Nos hemos quejado en grupo a mi padre porque sus normas son muy estrictas. Le hemos dicho que queremos dormir en casa pase lo que pase. Ha aceptado con una condición. Regresar antes de que caiga la noche. Vamos a estar encerrados como los pollos. No sé qué es peor. Hoy jueves quería ir al centro de Gaza para comprar ropa. Pero mi padre me ha dicho que lo deje para otro día. He entendido que es otro no.
En los Emiratos escucho música en el móvil, pero aquí conecto la radio para saber qué está pasando. Cambiamos de emisora para saber dónde han matado a uno; dónde han entrado los israelíes... Eso nos avergüenza a los que vivimos fuera. Ahora sé lo que sufren aquí. No es lo mismo verlo por la tele que vivirlo en Gaza".
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