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Israel estrecha el cerco para mantener la guerra de nervios en el norte de Gaza

El Gobierno de Ehud Olmert está convencido de que el soldado secuestrado está vivo

Paulatinamente se estrecha el cerco del Ejército israelí en Gaza. Los militares, que ya se han acantonado en el sur y noreste de la franja, entraron ayer por la tarde en el norte, a través del cruce de Erez. Se trata de mantener la guerra de nervios contra la población más que de rescatar al soldado capturado, Gilad Shalit, en el avispero de Gaza. Las autoridades israelíes aseguran estar convencidas de que Shalit se encuentra con vida, mientras el primer ministro palestino, Ismail Haniya, repitió su llamamiento para que se trate bien al cautivo.

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Hay contención en tierra, pero en el aire los helicópteros Apache, que el martes de madrugada bombardearon por segunda vez la Universidad Islámica, sobrevolaron la ciudad de Gaza.

Por la tarde varias oleadas de estos aparatos volaron en círculo sobre la capital, tal vez en respuesta amenazante al lanzamiento de un cohete palestino artesanal Kassam, que cayó sobre un colegio vacío en el centro de la ciudad de Ashkelon causando leves daños. Nunca habían llegado tan lejos estos misiles, aunque la milicia de Hamás asegura desde hace meses que ha mejorado sus proyectiles y que dispone de cohetes de mayor alcance.

La venganza por la captura del soldado Shalit, el pasado 25 de junio en una base fronteriza en el extremo sureste de la franja, promete ser más contundente de lo que ha sido hasta la fecha. La aviación israelí ha devastado ya gran parte de las infraestructuras de Gaza, especialmente su única central eléctrica. Pero habrá más bombardeos, a tenor de la advertencia del primer ministro del Estado judío.

"Ésta es una guerra larga. Requiere mucha paciencia, a veces contención sin límite. Tenemos que saber cuándo apretar los dientes y cuándo dar el golpe decisivo", afirmó ayer Ehud Olmert en Sderot, a escasos kilómetros de Gaza, donde se reunió con la plana mayor del Ejército.

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Sabedores de que el cabo Shalit se encuentra en buenas condiciones, aunque sufrió heridas leves, la situación fuerza al Gobierno israelí a echar el freno de mano en el campo militar. "Sabemos que hasta ahora está vivo, que está herido y que ha sido visitado por un médico palestino hace unos días", aseguró el portavoz Avi Pazner.

La confusión reina en cuanto a la posibilidad de que los mediadores egipcios puedan conseguir una solución aceptable para las partes. Israel no se cansa de repetir que no negociará y que acabará con todos los implicados en "ataques terroristas". Sin embargo, es conocida la obsesión de los gobernantes hebreos por evitar bajas. Y sobran precedentes de canjes de prisioneros palestinos o libaneses por soldados israelíes.

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