Los novios japoneses miran a Hollywood
Cada vez más parejas niponas prefieren celebrar la boda al estilo occidental en lugar de mantener la tradición sintoísta
Eiko, de 23 años, y Taro, de 30, se van a casar este mes de julio en Tokio. Pero no por el tradicional rito sintoísta, sino en una ceremonia de ambientación cristiana, aunque ninguno de los dos profesa esta fe. Por suerte para Eiko, secretaria de una gran empresa, su familia, aunque chapada a la antigua, ha aceptado tal decisión y la de su novio, empleado de un concesionario de automóviles, también. La verdad es que ni oficiará un sacerdote, ni será en una capilla. No será una boda religiosa cristiana, pero lo parecerá. Aunque tan sólo es cristiana el 1,4% de una población de 128 millones de personas, las bodas que imitan ese ritual suman el 60% del total de las que se celebran en Japón, según informan las compañías que organizan estos eventos.
Para muchos novios, la ceremonia sintoísta carece de atractivo y es demasiado arcaica
Tokio estrena una 'catedral' de estilo gótico que recuerda un parque Disney
Eiko y Taro prefieren esta modalidad porque es cool (guay), está de moda, muchos de sus amigos lo han hecho así y es tal como lo que ven en películas y series de Hollywood, veneradas aquí por las nuevas generaciones, como casi todo lo que venga de Estados Unidos.
Sin olvidar la razón económica: de media, la opción más cara de estos matrimonios de estilo cristiano supone un precio tres veces inferior al del ceremonial sintoísta. Sólo el alquiler del quimono tradicional de boda equivale a lo que cobran el oficiante, el organista y un coro de tres personas.
Ellos han elegido una firma de elocuente nombre: Chapel Bless Us All (La capilla nos bendiga a todos), con seis filiales en Tokio, y la oferta de mayor precio. Por 148.000 yenes (1.014 euros) la tarifa incluye la ceremonia, un libro con una impresión de alta calidad con las fotos retocadas para dar más encanto al acontecimiento y dos pequeños libros similares, para regalar a cada familia. Con la opción más barata, de 48.000 yenes (329 euros), se hubieran tenido que contentar con la ceremonia y una única imagen. El vestido blanco de novia, su maquillaje (no su peinado) y un traje oscuro para él son parte de cualquier paquete.
Otras razones son que la ceremonia cristiana es más relajada, tiene elementos románticos -coronados por el beso final entre los contrayentes-, y es signo de modernidad, frente al sintoísmo, símbolo de tradición que la convierte en mera fusión de dos familias. Además, en ese ritual la novia, embutida en un quimono y bajo una gran peluca, desempeña un papel secundario. En cambio, en el de estilo cristiano, ella es protagonista absoluta, lo que cobra importancia en un país donde la mujer comienza a avanzar hacia la igualdad.
A juicio de una empleada de Chapel Bless Us All, "a los japoneses les gusta imitar a los extranjeros y la ceremonia sintoísta es demasiado arcaica". Los japoneses eligen ahora el ritual sintoísta para las ceremonias que festejan las diferentes edades de los niños, el cristiano para las bodas y el budista para los funerales.
Los novios y sus familiares no pretenden una boda religiosa (el único matrimonio que reconoce el Estado es el civil), sino celebrar el acontecimiento con un ritual al estilo de Occidente. Estas bodas se celebran en lugares seculares, que se llaman capillas pero no son templos cristianos. Cada gran hotel tiene una. Pocos religiosos se prestan a la representación y los sustituyen laicos de habla inglesa. El oficiante medio es un varón, maduro, caucásico, mejor no creyente para que se atenga bien al guión, de aspecto amable y, a ser posible, digno. Suelen ser profesores de inglés o actores que sacan así un dinero extra. Si el oficiante habla un japonés imperfecto, mejor: de él se espera que sea claramente un extranjero. En Japón, la apariencia es lo que cuenta. Cobra entre 10.000 a 30.000 yenes (de 68 a 206 euros), según dure la celebración 20 o 40 minutos, sea en una ciudad (donde la competencia baja los honorarios) o en zonas aisladas, según Chapel Bless Us All. Los contrayentes deciden qué partes quieren en inglés.
Ante esta fiebre por las bodas tipo Hollywood que algunos consideran más bien "tipo Las Vegas", a nadie extrañó la reciente inauguración de la catedral de St. Grace en un barrio céntrico y de los más elegantes de Tokio, Omotesando. Como un templo gótico de un parque Disney, color beis, vidrieras de colores y 28 metros de altura, destaca entre pequeñas casas japonesas grises o marrones.
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