Un atentado con un camión bomba causa 66 muertos en un mercado de Bagdad
Una diputada suní y siete de sus guardaespaldas son secuestrados al noreste de la capital iraquí
Sesenta y seis personas murieron ayer y un centenar resultaron heridas en el atentado más sangriento desde que el primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, lanzara el plan de reconciliación nacional para acabar con la violencia en el país. El ataque fue perpetrado por un suicida al volante de un camión bomba en un concurrido mercado del barrio chií de Ciudad Sáder, en el este de Bagdad, según aseguró el subsecretario del Ministerio de Sanidad, Sabah al Huseini. Por otra parte, una diputada suní, Taysir Nayeh al Mishadini, fue secuestrada por la mañana con siete de sus ocho guardaespaldas.
Un grupo integrista hasta ahora desconocido, los Partidarios de la Comunidad Suní, reclamó la autoría del atentado y justificó la matanza como represalia por los ataques de los chiíes contra los suníes. La situación que se vive en los hospitales de Al Imám Ali y de Al Sáder, donde han sido ingresadas las víctimas -13 de ellas en estado grave-, es "catastrófica", afirmó el responsable sanitario, que pidió al Gobierno que se destine un presupuesto extraordinario para este tipo de sucesos.
La cadena de televisión Al Iraquía, a la que el funcionario realizó sus declaraciones, mostró también imágenes del mercado Al Suq Al Awal donde ocurrió la explosión y en las que se podían ver ambulancias y ciudadanos que intentaban desesperadamente trasladar los cuerpos mutilados de las víctimas.Unos veinte coches fueron destruidos por la explosión y unos 50 tenderetes y viviendas aledañas quedaron dañadas. Mientras se aceleraban las tareas de asistencia a las víctimas, los milicianos del Ejército de Mahdi dirigidos por el jefe radical chií Muqtada al Sader patrullaban la zona del atentado. Uno de ellos, que se identificó como Fuad, acusó al Ejército iraquí y los militares estadounidenses de no hacer nada para impedir ataques como el de ayer. En la capital iraquí han sido desplegados unos 50.000 hombres, entre policías y soldados iraquíes y militares estadounidenses justamente para intentar evitar ataques como el de ayer.
En el mismo día del atentado también fue secuestrada una diputada suní y siete de los ocho guardaespaldas que le acompañaban en la zona de Al Shaab, en el noreste de Bagdad, según fuentes del suní Partido Islámico Iraquí, que contaron con el relato del primera mano del guardaespaldas que consiguió escapar. La parlamentaria Taysir Nayeh Awad al Mishadani, miembro del Frente del Consenso Iraquí, que agrupa a los principales partidos suníes, fue secuestrada cuando regresaba de la provincia de Diyala, al norte de Bagdad. Por otra parte, ocho personas, entre ellas cinco policías y un soldado, murieron en varios ataques en el resto del país. Añadido a esto, una fosa común con siete cadáveres de hombres que habían sido torturados y tiroteados fue hallada en una casa en obras en el barrio Al Dura, en el sur de Bagdad. Los cadáveres, cuyo estado de descomposición indica que llevaban varios días muertos, tienen impactos de bala y señales de tortura. Asimismo, los cuerpos de cuatro soldados iraquíes secuestrados el viernes fueron encontrados en Kirkuk, a 250 kilómetros en el norte de Bagdad.
La jornada de ayer es la más sangrienta desde que el pasado día 25 el primer ministro, Nuri al Maliki, presentara su plan de reconciliación nacional al Parlamento.
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