No rotundo de los alcaldes

Once de doce. No hay ninguna duda, una encuesta entre doce alcaldes representativos de las principales playas del litoral andaluz y de las cuatro provincias costeras, da como resultado el rechazo casi unánime a prohibir fumar en las playas. Sólo el alcalde de Almonte, responsable de la Playa de Matalascañas, considera que "está bien que se legisle". Argumenta que "el derecho de los no fumadores debe estar cubierto y deberían delimitarse espacios", pero admite la dificultades de implantación y control y que no se ha planteado ninguna medida contra los fumadores en su municipio. Además sólo dos regidores se plantearían en un futuro acotar espacios para fumadores en los arenales de su municipio, siempre que hubiera una legislación previa.

"Por mucho que se prohíba si el ciudadano tira la colilla al suelo el resultado es el mismo"

Benalmádena, Torremolinos, Fuengirola, Cádiz, Chiclana, El Puerto de Santa María, Almería, Mojácar, Punta Umbría, Isla Cristina, Lepe y Almonte (Matalascañas) son los municipios encuestados. Los alcaldes, pertenecientes a todos los partidos del arco parlamentario andaluz (PSOE, PP, IU, PA), y también de grupos independientes como los que gobiernan en El Puerto o Benalmádena, coinciden en que la educación ciudadana y las campañas para convencer a los ciudadanos de que no deben tirar sus colillas en la arena son la política más eficaz contra el hábito del tabaco.

En general, indican que las medidas prohibitivas "son siempre muy drásticas y no siempre dan buen resultado" y consideran que "si los fumadores se encargan personalmente de tirar las colillas en los lugares habilitados para ello, y procuran no molestar a los demás con su humo, la prohibición no sería necesaria".

5 millones de colillas

Pese a que algunos de los regidores encuestados apunta el dato de que sus servicios de limpieza han llegado a recoger más de cinco millones de colillas de la arena de la playa en poco más de dos meses, ninguno es partidario de dividir el escenario veraniego en zonas para fumadores y para no fumadores.

A la pregunta de qué medidas toman para evitar las colillas en la arena de sus playas, todos utilizan medios mecánicos y manuales para retirar las colillas y otros residuos de las arenas. Además, en la mayoría de los municipios se reparten, o se ponen a disposición de los veraneantes en las oficinas de servicios, ceniceros ecológicos (conos de plásticos, cómodos para clavar en la arena) para recoger las colillas y otros residuos. La difusión de mensajes de concienciación para que no se dejen basuras en la playa es otra de las medidas adoptadas.

Respecto a la posibilidad de acotar zonas en las playas para dedicar espacios a los fumadores, los doce alcaldes entrevistados consideran de gran dificultad adoptar esa media además de apuntar la posibilidad de que se generen conflictos entre unos y otros.

"Es complicado ya que se tratan de espacios muy abiertos y difíciles de controlar. Hay lugares más susceptibles de que se aplique este tipo de prohibiciones, como son los recintos cerrados. Por mucho que se prohíba fumar en la playa o en el monte, si un ciudadano se salta esa prohibición y tira la colilla al suelo, el resultado es el mismo: que se contamina o que se provocan incendios. Por eso, en el caso de los espacios abiertos, lo primero es la creación de una corriente cívica que impida que se den esas situaciones. Después sería el momento de plantearse otras medidas", afirman los alcaldes de Benalmádena y Fuengirola.