Sin documentos y sin voto
Sólo 35.000 de los más de 10 millones de mexicanos que residenen EE UU se han registrado para votar en su país de origen
Una de las novedades de la elección presidencial de mañana es la participación por primera vez de los mexicanos en el exterior. EE UU centra la atención de este voto, ya que en este país residen entre 10 y 12 millones de mexicanos, potenciales votantes que en teoría serían más que suficientes para decidir al futuro presidente.
Pero la realidad dio un duro golpe a las expectativas de los líderes mexicanos en EE UU, quienes por décadas habían luchado porque México aceptara que sus connacionales en el extranjero pudieran votar. Según el Instituto Federal Electoral (IFE), el organismo a cargo del proceso electoral mexicano, sólo 35.000 mexicanos en EE UU se registraron para votar el domingo. "No hay que ver esto como un fracaso, es la primera vez que México acepta el voto a distancia, y eso es ya un triunfo", explicó Francisco Javier Moreno, presidente de la Federación Californiana de Michoacanos, una de las organizaciones en las que se aglutinan muchos de los mexicanos en EE UU. "La principal razón fue la falta de información sobre el proceso de registro y el poco tiempo para hacerlo", añadió Moreno, quien llevó a varios cientos de mexicanos a registrarse a la ciudad de Tijuana, en México.
Según la legislación que aprobó el Congreso mexicano y las regulaciones que luego estableció el IFE, para poder votar en el extranjero, los mexicanos deben contar con la credencial de elector, documento que sólo puede obtenerse en territorio mexicano. Además, hay que registrarse para solicitar la papeleta electoral y, tras recibirla, enviarla a México por correo certificado.
Más allá de las trabas burocráticas, la apatía de los mexicanos en el extranjero por los asuntos políticos de su país se deriva de la costosa y a la vez arriesgada obligatoriedad de salir del país para registrarse (millones de mexicanos viven en Estados Unidos en situación irregular). Parte del problema, también, se debe a la escasa atención que tradicionalmente ha prestado la clase política mexicana hacia el voto de sus connacionales en el extranjero.
"Es cierto, México no hizo un buen trabajo de promoción", señala Louis de Sipio, profesor de ciencias políticas en la Universidad de Irvine, en California, y experto en asuntos latinos, "pero la gran cantidad de requisitos tienen que ver con esa incomodidad que todavía sienten muchos políticos al aceptar el voto de los mexicanos en Estados Unidos".
Durante años, el partido gobernante PRI no vio con buenos ojos el voto extranjero, con el argumento de que la mayoría de los que habían salido del país no estarían conformes con el Gobierno y, en consecuencia, votarían por la oposición. Por ese motivo hoy, en medios de la colonia mexicana en EE UU, se cree que sus partidos favoritos serán el conservador PAN o el PRD.
"La gente aquí está desanimada del proceso electoral", señala Juan Manuel Piña, otro dirigente de las asociaciones de mexicanos en el sur de California. "Siguen pensando que, como antes, su voto no vale nada. Tienen que darse cuenta de que hoy su voto cuenta, que ya no sólo es el PRI el que siempre gana".
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