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Reportaje:

Una reina desdeñada y epicúrea

Una exposición repasa las luces y las sombras del reinado de Germana de Foix, que arrastró una muy mala fama

Ferran Bono

La virreina de Valencia Germana de Foix (1488-1536) tenía fama de epicúrea, caprichosa, banal y superficial; se decía de ella que era fea y gorda y que su insaciable apetito tanto en la mesa como en la cama sólo era comparable a su sed de sangre y su crueldad, demostrada en la represión contra los agermanados. Se comentaban muchas cosas... Algunas de ellas han llegado hasta hoy constituyendo una suerte de leyenda negra que, sin embargo, no ha contribuido a preservar su nombre, como en el caso de la familia valenciana de los Borja.

Pero Germana de Foix, la última reina de Aragón, que fue esposa de Fernando el Católico, del marqués de Brandeburgo y del duque de Calabria, fue mucho más. Fue una aristócrata criada en la corte francesa de Luis XII y Ana de Bretaña, influida por las refinadas costumbres del Renacimiento italiano. De modo que la noble que mandó levantar el magnífico monasterio de Sant Miquel dels Reis fue una persona con una refinada educación. Sabía leer, escribir, tañer, cantar y danzar. "Sus conocimientos se dirigieron a desarrollar aquellas aptitudes que le servirían para vivir en ese mundo en el que había nacido", señala Rosa Ríos, en el catálogo de la exposición Germana de Foix i la societat cortesana del seu temps, que ayer se inauguró en la sede de la Biblioteca Valenciana, ubicada, precisamente, en Sant Miquel dels Reis.

Allí descansan, por expreso deseo de la virreina, los restos del Duque de Calabria y Germana de Foix, que desde hoy se pueden visitar gracias a la reciente rehabilitación de la cripta. Una estación más se ha introducido en el recorrido expositivo que comprende obras inéditas y de época. En total, 75 piezas, entre pinturas, incunables y objetos cotidianos, algunos prestados por instituciones como el Museo del Prado, si bien la mayor parte procede de instituciones valencianas, como el San Pío V.

Rosa Ríos y Susana Vilaplana, comisarias de la muestra, sostuvieron que buena parte de esa leyenda negra de Germana de Foix se originó por los recelos castellanos hacia la "francesa" y, en concreto, de Juana La Loca. Desde la óptica de la corte castellana, el proceder de la reina valenciana no era el adecuada, aunque se ajustara al de la corte francesa. Ella tenía un exquisito gusto "por la música y el placer", apuntaron las comisarias. Por esta razón, "se la ha querido tachar de frívola, pero estos gustos hay que entenderlos en el contexto del humanismo renacentista", matizaron.

La exposición, en cualquier caso, subraya "las luces" del reinado de Germana de Foix "pero sin ocultar sus sombras", aseguraron las comisarias. La selección, que se podrá contemplar hasta octubre, está concebida como un recorrido que profundiza tanto en la personalidad de la monarca como en su entorno político, social y cultural. "La muestra persigue cumplir el doble objetivo de divulgar información sobre un personaje muy desconocido y una época poco estudiada, como es la primera mitad del siglo XVI valenciano", destacaron las especialistas. De hecho, Germana de Foix ha sido una reina desdeñada, una "princesa olvidada por la historiografía y una mujer controvertida", añadieron las comisarias, en compañía de Felipe Garín, asesor del Consorci de Museus.

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Sobre la firma

Ferran Bono
Redactor de EL PAÍS en la Comunidad Valenciana. Con anterioridad, ha ejercido como jefe de sección de Cultura. Licenciado en Lengua Española y Filología Catalana por la Universitat de València y máster UAM-EL PAÍS, ha desarrollado la mayor parte de su trayectoria periodística en el campo de la cultura.

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