Barberá acusa a Zapatero de no invertir y de eludir responsabilidades en vísperas de su visita

La alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, hizo ayer un balance de sus 15 años al frente del Ayuntamiento. En un discurso, la primer edil eludió la autocrítica, atribuyó la consecución de los éxitos y grandes obras de la ciudad a la política municipal e intensificó las críticas al Gobierno central en vísperas de la visita del presidente José Luis Rodriguez Zapatero a Valencia el próximo día 8. Barberá acusó a Zapatero de eludir responsabilidades y recuperó las armas arrojadizas que los populares suelen utilizar contra el Ejecutivo: el agua, el AVE y la "falta" de inversión.

La alcaldesa dice que el Gobierno no cumple en seguridad e inmigración

"Los valencianos queremos más inversión y responsabilidad, más valentía e implicación del Gobierno", afirmó ayer Barberá en la conferencia Nueva Valencia celebrada en el Club de Encuentro Manuel Broseta. Las reprimendas al Ejecutivo central se convirtieron en uno de los puntos centrales del balance que la alcaldesa realizó de los 15 años de Gobierno municipal que, según dijo, transformaron una "apática" ciudad en "potente y poderosa".

"Yo pedí inversiones en el Puerto y el resultado ha sido un aval que tendremos que devolver, solicité inversiones para el embellecimiento de la ciudad, y el resultado ha sido autorizar al Ayuntamiento a aumentar su capacidad de endeudamiento, y además pedí obras en la ciudad que son responsabilidad directa del Gobierno, y el resultado ha sido el más absoluto silencio", aseguró Barberá.

La partida económica del Gobierno central ha sido mayoritaria en parte de las grandes obras que Barberá atribuyó de forma exclusiva en su discurso al esfuerzo consistorial. La celebración de la Copa América, que la alcaldesa calificó como "el gran logro de este mandato", cuenta con una inversión estatal de 1.000 millones de euros, pese a que la popular aseguró que "no hay ni una partida directa del presupuesto del Estado para pagar" el evento deportivo. Otro de los proyectos que salieron a relucir durante la conferencia fue el del Parque Central, cuya financiación procede del Estado (475 millones de euros), de la Generalitat (75 millones de euros) y de las plusvalias.

Barberá pidió al Gobierno que "rectifique", en referencia al derogado trasvase del Ebro, porque "necesitamos agua para nuestros campos, agua para reverdecer los cultivos [...] y agua para el sector turístico". El AVE, como ya es habitual, fue otro de los reproches a los que la alcaldesa recurrió. "El AVE Madrid-Valencia, increíblemente y a pesar de que será el más rentable de España, todavía no tiene fecha segura de llegada a la ciudad, un retraso que tiene un coste de oportunidad de 1.000 millones de euros cada año", recriminó Barberá.

En el capítulo de responsabilidades, la alcaldesa cargó contra Zapatero y dijo que "para afrontar el problema de la inseguridad ciudadana lo único que ha recibido del Gobierno de España son "excusas, miseria y compañía". La función de proteger los derechos y libertades y mantener la seguridad "le corresponde al Estado", afirmó tras señalar que en esta tarea tampoco ha contado con la colaboración deseada.

"La Valencia de hoy gana en la liga de de las grandes ciudades de Europa", dijo Barberá tras calificar la ciudad de "vanguardista, moderna y de proyección mundial" y referirse a la Generalitat como "el gran aliado". En este sentido, la alcaldesa dijo que la colaboración del Consell ha hecho posible "hitos culturales y arquitecónicos" como la Ciudad de las Artes "emblema de nuestro excepcional despegue turístico".

Barberá subrayó el aumento de equipamientos e infrestructuras, la recuperación del patrimonio histórico y la consecución "por primera vez" del pleno empleo masculino como algunos de los máximos logros de los populares.

Por último, la alcaldesa reclamó una carta municipal para Valencia y quiso recordar que, además de la Copa del América, la capital de la Comunidad Valenciana acogerá otros "grandes eventos" como la visita de Benedicto XVI o el mundial de atletismo.