Buenas intenciones
Como ocurría en una olvidada película americana del francés Julien Duvivier, Seis destinos, en la que un frac servía como hilo conductor para hilvanar seis historias sucesivas, en ésta, la segunda realización comercial del valenciano Sigfrid Monleón, ocurre algo parecido con una bicicleta, que reúne los destinos de varios personajes en tres historias que se entrecruzan y que pretenden ser una mirada progresista sobre la vida en los barrios populares de una ciudad cualquiera, pongamos que la Valencia de hoy mismo.
Cómo no estar de acuerdo con lo que, al menos teóricamente, propugna la película, un mundo en el que la gente se entienda, en el que las relaciones personales no estén presididas sólo por el interés, en el que la solidaridad de los jóvenes pueda crear hermosos encuentros en, claro está, bicicleta para protestar por una ciudad mejor... cómo no estar a favor de una película que se confiesa y muestra abiertamente de izquierdas, incluso republicana.
LA BICICLETA
Dirección: Sigfrid Monleón. Intérpretes: Pilar Bardem, Sancho Gracia, Bárbara Lennie, Javier Pereira, Rosana Pastor. Género: comedia dramática, España, 2005. Duración: 98 minutos.
Y sin embargo, algunas cosas fallan en el filme, y tampoco conviene olvidarlas. Por ejemplo, un aire demasiado "de buen rollito". Por ejemplo, algunas situaciones que se ven venir de lejos (como la relación entre Bardem y Gracia); por ejemplo, y por no hacer la lista demasiado larga, el parlamento lamentable de Gracia en la concentración bicicletera, que no lo salva ni las tablas del veterano actor. Así, las buenas intenciones naufragan ante la inconsistencia de un guión al que le falta mala baba, mirada auténticamente crítica (con todos, naturalmente) y al que le sobran buenas, demasiado buenas palabras.