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La oposición recibe con frialdad y rechazo el plan de paz de Ibarretxe

El Plan Integral de Paz y Convivencia anunciado por el lehendakari Juan José Ibarretxe en su investidura pasó ayer su primer contraste parlamentario en la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara, entre el rechazo abierto del PP, y la frialdad y distancia del PSE-EE y EHAK. El largo debate demostró que el futuro de este proyecto en el Parlamento es tan incierto que quizá no llegue ni a votarse y puede ocurrir que el Parlamento se limite a darlo por presentado.

Sólo Aralar se sumó a la valoración positiva del tripartito y todos los grupos accedieron a la idea de los socialistas de no realizar propuestas de resolución hasta septiembre, para evitar votaciones en las que se manifiesten las diferencias que albergan y que ayer volvieron a hacerse patentes.

El plan fue explicado por tres consejeros, de cada uno de los partidos del Gobierno. El consejero de Interior, Javier Balza, habló de lo relativo a las víctimas del terrorismo; el de Justicia, Joseba Azkarraga, se encargó de la parte referida a los derechos humanos; y el responsable de Asuntos Sociales, Javier Madrazo, de lo concerniente a la memoria histórica y las víctimas del franquismo.

Los tres se limitaron a exponer los contenidos ya conocidos del plan, que fue aprobado por el Gobierno el 2 de mayo, aunque el consejero Azkarraga sí introdujo un matiz nuevo al referirse a la existencia de un "macro-conflicto" en la convivencia vasca. Madrazo defendió uno de los aspectos que más rechaza la oposición: la paridad entre víctimas del terrorismo y del franquismo, con el argumento de que no se las puede "fragmentar", mientras Balza recalcó la posición abierta.

"Cajón de sastre"

El PSE-EE y el PP atacaron por ese flanco. El socialista Rodolfo Ares tachó el plan de "cajón de sastre" donde se mezcla todo y resaltó que las medidas propuestas para las víctimas del terrorismo ya fueron aprobadas en el Parlamento. Otras, como la derogación de la ley de Partidos, son claramente "partidistas" y creadoras de división, advirtió a los grupos del tripartito.

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Ares dijo que su grupo recibe la propuesta con "respeto" y la considera de "una aportación más", con luces y sombras, al proceso de paz que impulsa el presidente del Gobierno. Reiteró que el PSE quiere llevar a la ponencia de víctimas lo relativo a éstas y que el resto de los plantemientos no admiten un tratamiento unitario.

El popular Santiago Abascal adelantó que su grupo pedirá la retirada del documento en septiembre. Abascal criticó la ausencia del lehendakari y le censuró que actué "a través de intermediarios". El plan busca "diluir" la realidad de las víctimas "en un tótum revolútum" para "limpiar la conciencia y la imagen pública" del Gobierno de Ibarretxe. EHAK dijo que no entiende que se presente en este momento. "Es como empezar la casa por el tejado", indicó su portavoz Itziar Basterrika.

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