Cambio climático en el Ártico

Le escribo para expresar la preocupación que ha despertado en Greenpeace la ligereza con la que se trataba, en el artículo de Rafael Méndez del pasado domingo 11 de junio, en el suplemento de Domingo, las inversiones en nuevos proyectos de explotación de combustibles fósiles en las zonas que el deshielo del Ártico está dejando libres a causa del cambio climático.

A pesar de que el texto estuviera muy claro y alarmara con datos irrefutables sobre los cambios que el calentamiento global está y va a seguir generando, es difícil de entender cómo se puede presentar este fenómeno como un "desafío fascinante" para descubrir y tener acceso a "fabulosos yacimientos de gas y petróleo antes inaccesibles".

No es razonable presentar un título en el cual el cambio climático se propone como el chollo del siglo para la carrera a la extracción de más petróleo o gas de las zonas que se irán haciendo accesibles a causa de la quema de los mismos combustibles fósiles.

Posiblemente, más apropiado hubiera sido "Los más ricos del cementerio. Cómo seguir ganando dinero excavando nuestra fosa". El artículo recoge una realidad espeluznante: ante la evidencia del cambio climático y sus efectos devastadores, unos pocos no pueden dejar de pensar en el dinero a corto plazo, perpetuando el mismo modelo que está hundiendo el planeta. Y es lógico que existan mientras no se tomen medidas para que las empresas tengan que pagar por contaminar y mientras emitir gases de efecto invernadero no sea realmente caro gracias a Planes Nacionales de Asignación demasiado generosos.

Lo que echo de menos en este artículo es que no se haga más hincapié en el círculo vicioso que se está generando con esta ciega carrera a los nuevos yacimientos de combustibles fósiles. Es fundamental que el público entienda la relación directa entre la quema de los combustibles fósiles y la mayor amenaza a la cual el planeta se está enfrentando en estos momentos.

En estos momentos, dos exploradores de Greenpeace están en su 45º día intentando cruzar a pie el océano Ártico para llegar al Polo Norte. Este proyecto, llamado Thin Ice, está poniendo de manifiesto una vez más cómo está cambiando dramáticamente el perfil de los hielos del norte, haciendo esta empresa realmente difícil y peligrosa.

El cambio climático nunca se puede presentar como una oportunidad ventajosa para un futuro mejor, ya que si no lo frenamos no habrá futuro posible. Para nadie.