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El Defensor catalán pidió el cierre del centro donde la policía retuvo a 'okupas'

Los detenidos denuncian la precariedad del lugar y tratos vejatorios

Blanca Cia

La detención el pasado sábado de 59 personas que okuparon un centro de internamiento de extranjeros en construcción en la Zona Franca de Barcelona ha provocado reacciones en cadena. La oficina del Síndic de Greuges -la figura del Defensor del Pueblo en Cataluña- confirmó ayer que éste ya propuso en 2004 que se cerrara el actual centro de extranjeros de La Verneda, adonde precisamente fueron conducidos los detenidos. Cincuenta y siete de ellos pasaron allí 48 horas y han denunciado la precariedad del lugar y malos tratos.

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La acción del sábado fue organizada por la Caravana Europea por la Libertad de Movimientos que fue secundada por un centenar largo de personas, en protesta por el internamiento de extranjeros y el proceso de expulsión. Cincuenta y siete de los 59 detenidos, pasaron dos días y sus noches en el centro de extranjeros de la Verneda hasta pasar a disposición judicial. Entre ellos se encontraban dos letrados que acudieron a la Caravana en calidad de letrados. Un hecho que provocó la reacción del Colegio de Abogados de Barcelona, que ha instado que se investigue la actuación de la policía.

Al margen de esa circunstancia, lo que ha levantado más polémica han sido las condiciones en que se encuentran los calabozos del centro de la Verneda, según experimentaron en carne propia los 57 detenidos que pasaron dos días en ellos. Las serias deficiencias del centro de la Verneda ya ha sido objeto de críticas y denuncias. El Observatorio de Derecho Penal y de Derechos Humanos de la Universidad de Barcelona realizó un informe en el que instaba la apertura del cuartel para conocer las condiciones. Algo que, de momento, no ha conseguido.

Los allí retenidos por la acción de la Zona Franca relataron trato vejatorio, como Beatriz Gracia: "Estuvimos seis en una celda de tres metros por tres. Sin luz, sin agua, sin lavabo, durmiendo en una colchoneta de apenas dos dedos, sucia y maloliente". Otros no tuvieron otro remedio que beber en el caño de una manguera que introducían entre los barrotes. Jesús Chacón explicó que durmió con otros nueve hombres en una celda. Hubo mujeres que se llenaron de sangre los pantalones y las piernas al tener la regla y no lograr de los agentes de policía que les facilitaran compresas o tampones. La capacidad es de 111 personas y hay dos lavabos. Fuentes de la policía se negaron a comentar estos hechos y afirmaron que si hay quejas que presenten denuncias en los juzgados.

Que las condiciones de los calabozos de la Verneda son más que deficientes lo vio en directo el síndic de greuges de Cataluña, que se presentó por sorpresa en el centro de la Verneda tras recibir una denuncia por el trato y por las condiciones.

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Pese a no ser su ámbito estricto -al ser un centro que depende de Interior la tutela le correspondería al Defensor del Pueblo- se personó y en la memoria que elaboró de 2004, un año en el que se produjo una huelga de hambre de varios extranjeros allí retenidos, decía: "La primera conclusión de la visita es que conviene sustituir este centro por unas instalaciones más modernas y amplias. Mientras eso no sea posible, el síndic propone a la Delegación del Gobierno que mejore el estado de higiene y la comodidad de los colchones".

Ayer fue la formación de IU-ICV quien preguntó en el Congreso cuántas denuncias se han presentado en los últimos meses por centros de internamiento y en el caso de la Verneda si es cierto lo que han denunciado los detenidos el pasado sábado. También preguntan si el Gobierno está dispuesto a autorizar una visita al centro de la Verneda.

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Sobre la firma

Blanca Cia
Redactora de la edición de EL PAÍS de Cataluña, en la que ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional en diferentes secciones, entre ellas información judicial, local, cultural y política. Licenciada en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona.

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