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EE UU, Europa y los países emergentes buscan contrarreloj un acuerdo en la OMC

Si no hay avances este fin de semana, no habrá tiempo para cerrar los capítulos pendientes

Andreu Missé

Ministros y altos representantes de los 149 países que integran la Organización Mundial de Comercio (OMC) se reúnen este fin de semana en Ginebra para intentar alcanzar un acuerdo que permita rebajar las subvenciones agrícolas y los aranceles comerciales. En la batalla comercial el mundo se ha dividido en tres grandes regiones: Estados Unidos, la Unión Europea y el Grupo de los 20 formado por los países emergentes que encabezan China, India y Brasil. Si no hay un avance significativo este fin de semana, no habrá tiempo para cerrar los capítulos pendientes.

La guerra es a contrarreloj, porque el Gobierno de una de las partes, EE UU, sólo tiene mandato del Congreso para negociar hasta mitad de 2007. El objetivo es favorecer el crecimiento económico con la palanca de la reducción de derechos aduaneros. La eliminación de todos los aranceles y una disminución de los costes comerciales del 1% mejorarían el bienestar mundial en 170.000 millones de dólares (135.000 millones de euros). Estas ganancias darían un impulso a todas las regiones del mundo, aumentando el crecimiento en más del 2% en varias, según la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico.

Pero la reducción de subvenciones y aranceles supone un abierto enfrentamiento entre los distintos países que concurren a esta batalla con fuerzas muy desiguales y posiciones a veces contradictorias. Con el objetivo de ligar la liberalización comercial al desarrollo, en 2001 se iniciaron las negociaciones de la Ronda de Doha. Durante estos últimos años, los avances en las distintas reuniones han sido mínimos, pero se han conformado tres grandes grupos de países que han identificado sus intereses y lanzado sus propuestas y demandas.

Ahora el director general de la OMC, Pascal Lamy, considera que los países "ya no pueden prolongar más las decisiones, sino quieren poner en riesgo el proyecto". La representante de Comercio de EE UU, Susan Schwab, quitó relevancia a las prisas y señaló que lo importante era "un buen acuerdo".

Enrique Barón, presidente de la Comisión de Comercio del Parlamento Europeo, advierte de que "ha llegado la hora de la verdad". "Si fracasa la ronda, se multiplicarán los acuerdos bilaterales, que son mucho menos beneficiosos para los países menos desarrollados", señala un alto funcionario de la OMC.

En este momento las principales ofertas y demandas de los tres grupos que están encima de la mesa son las siguientes: Estados Unidos está dispuesta a rebajar sus subvenciones agrícolas cerca del 60%.

Pero este porcentaje no es satisfactorio para los demás países porque se aplica sobre las subvenciones autorizadas y no las efectivas. En la práctica la rebaja teórica puede suponer un aumento real de las subvenciones. Así ofrece rebajar los 47.000 millones de dólares de subvenciones anuales autorizadas hasta los 22.000 millones, cuando las ayudas efectivas a los agricultores en 2005 fueron sólo 19.000 millones de dólares. El problema es especialmente sangrante en algunas ayudas como las del algodón.

A la UE se le pide que rebaje más las tarifas aduaneras. La última oferta de Bruselas implica eliminar todas las subvenciones agrícolas europeas a partir de 2013 y una reducción global de aranceles del 39% (hasta el 60% las más elevadas). EE UU exige que aumente la rebaja global hasta el 60% y el Grupo de los 20 se conformaría con el 54%.

El G-20 (China, India, Suráfrica y Brasil, entre otros) se resiste a rebajar sus aranceles de productos industriales hasta un máximo del 15% (frente al 18%-30% actual) si no logran contrapartidas que les permitan aumentar sus exportaciones agrícolas y de productos manufacturados.

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