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Reportaje:Alemania 2006 | Cuenta atrás para el España-Francia

Reencuentro de dos capitanes

Raúl y Zidane, compañeros en el Madrid, medirán su fútbol y su estado de ánimo en un choque que puede ser la despedida del francés

Ramon Besa

Raúl González cumple 29 años el próximo martes, el mismo día en que la selección española se enfrenta a Francia, la selección de Zinedine Zidane, que celebró su 34ª aniversario el pasado viernes. A uno y a otro, capitanes de sus selecciones y compañeros de equipo en el Real Madrid hasta la pasada temporada, les encantaría encontrarse en Hannover. A Zizou no se le discute en su país, y menos después que decidiera regresar a la selección en 2005 tras retirarse un año antes, ya cumplidos los mayores deseos que puede tener un futbolista que suma cien internacionalidades y 28 goles, como son ser campeón del Mundo (1998) y de Europa (2000). El seleccionador francés anunció ayer incluso que le podría devolver el brazalete de capitán en el partido contra España después que Viera ejerciera ante Togo por la ausencia de Zidane, que tenía que cumplir sanción. A Raúl le pesan igualmente los partidos (97) y le avalan los goles (44). La diferencia con el 10 francés es que su curriculo no le ha servido siquiera para evitar el mal trago de la suplencia. A cambio, le avala un gen competitivo que le permite superar la adversidad propia y ajena, como se constató en el partido contra Túnez cuando metió un gol salvador.

Ninguna medicina le vendría mejor al español que marcar un gol a Francia para redimirse
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A juzgar por el entrenamiento a puerta cerrada de ayer, Luis no cambiará de idea ni de jugadores contra Francia. "La segunda parte del encuentro ante Arabia Saudí me ha servido para ver cómo no hay que hacer las cosas", expuso el seleccionador, que entiende que en las eliminatorias de ida y vuelta que se avecinan los equipos "van a esperar atrás para juntarse bien porque mantener el cero en la portería es muy importante". El técnico practicó con la alineación que debutó en el Mundial y, por tanto, Raúl seguirá en el banquillo y actuaría en la segunda parte para disfrutar del encuentro o para resolverlo. Aguardará el capitán su oportunidad como si fuera un debutante, sin reparar en que puede ser su último gran torneo con la selección, después de la renovación que ha impuesto Luis. A diferencia de Zidane, Raúl aspira a un reconocimiento con España una vez ha alcanzado los mejores trofeos colectivos como jugador en el Madrid.

Aunque nunca ha sido distinguido con el Balón de Oro, Raúl es un futbolista capital para entender la historia de su club en los últimos años. No ha podido, por contra, revertir la situación de la selección, que irremediablemente es incapaz de alcanzar el podio. Raúl acabó como suplente en el Mundial 1998 y una lesión le impidió participar en el choque contra Corea en el torneo de 2002. Tampoco le fue mejor en la Eurocopa de 2004, cuando la roja ni siquiera superó la fase inicial, y en la de 2000, eliminada precisamente por Francia en cuartos de final. A Raúl todavía le pesa el penalti que falló en Brujas contra la selección de Zidane. Marcaron éste y Djorkaeff por un bando y, por el español, Mendieta (2-1), antes de que Abelardo forzara una pena máxima que el capitán español erró ante Barthez. El disparo salió por encima del larguero después de que el portero se tragara el engaño.

Una imagen que por historia y por ser Francia el rival, evocó el error de Arkonada en la Eurocopa de 1984 en un lazamiento de falta de Platini cuando al portero vasco se le escurrió la pelota por debajo del cuerpo hasta traspasar la raya de gol. A la selección española se le recuerdan los errores más que los aciertos porque sólo ha alcanzado la gloria en la Eurocopa de 1964, y Raúl aún no había nacido. Ocurre lo contrario con Francia, resarcida en los últimos años, justamente cuando ha emergido la figura de Zidane, el mismo que marcó dos goles a Brasil en la final del Mundial de 1998, decisivo ante España y Portugal antes de levantar el trofeo como campeón de la Eurocopa 2000, inédito en cambio por una lesión en el desastre de la Copa del Mundo de 2002.

Las jugadas de estrategia le han servido a Zizou para ratificar con goles su jerarquía en el campo. Raúl es ahora el tercero en la rueda de los penaltis, por detrás de Villa y Torres. El uno se despide del fútbol en el torneo alemán, y consecuentemente, querrá que su equipo no pare hasta la final. "Hay cinco o seis títulos al año y no es posible ganarlos todos, pero no ganar ni uno, eso duele, eso es malo. Mejor dejarlo después de intentar conquistar el último", anuncia el francés. A Raúl le anima el mismo interés que a Zidane en un momento delicado de su carrera. Ninguna medicina sería mejor que marcarle un gol a Francia para redimirse y auparse después de superar una severa lesión. Más que nada sería la mejor señal para ponerle un punto y seguido a su larga vida deportiva. Zidane, por el contrario, aspira a colocar el mejor punto y final en un duelo que, por lo demás, aspiran a protagonizar futbolistas de otra generación con cuentas igualmente pendientes. Cesc volverá a encontrarse con Viera, compañeros en el Arsenal, y rivales en el último Arsenal-Juventus, y Puyol se enfrentará otra vez a Henry después de la final de la Champions en París.

Raúl y Zidane, durante este Mundial.
Raúl y Zidane, durante este Mundial.AFP

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Sobre la firma

Ramon Besa
Redactor jefe de deportes en Barcelona. Licenciado en periodismo, doctor honoris causa por la Universitat de Vic y profesor de Blanquerna. Colaborador de la Cadena Ser y de Catalunya Ràdio. Anteriormente trabajó en El 9 Nou y el diari Avui. Medalla de bronce al mérito deportivo junto con José Sámano en 2013. Premio Vázquez Montalbán.

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