Maragall se inclina por entregar el testigo a Montilla y celebrar elecciones en noviembre
El presidente catalán hará público "de forma inminente" si vuelve a ser candidato
El presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, tiene previsto despejar en las próximas horas, con toda probabilidad antes de la reunión que mañana mantendrá en La Moncloa con José Luis Rodríguez Zapatero, su futuro político. Después de la intensa jornada de ayer, de conversaciones cruzadas entre Maragall, el presidente del Gobierno y el primer secretario del PSC, José Montilla, parece clara la apuesta de que el ministro de Industria encabece la candidatura socialista en las anticipadas elecciones autonómicas de otoño. Maragall anunciará el jueves en el Parlamento catalán su intención de disolver la Cámara en septiembre y prevé convocar los comicios para el 19 de noviembre.
"Es obvio que es inminente". La contundente frase la pronunció ayer un estrecho colaborador del presidente catalán y se refería al anuncio que Maragall prevé hacer sobre su sucesión al frente del Gobierno catalán. Y todos los colaboradores le han recomendado que comunique públicamente su decisión antes de viajar mañana a Madrid para entrevistarse con José Luis Rodríguez Zapatero. De lo contrario, podría interpretarse como una injerencia de La Moncloa y del PSOE en una decisión que compete exclusivamente al presidente catalán. "No puede esperar a anunciarlo en Madrid", señaló al respecto un alto dirigente socialista catalán. "[Maragall] debe ventilar este asunto antes de viajar a Madrid", abundó un íntimo colaborador del presidente. "El candidato se resuelve en Nicaragua [sede del PSC]", remacharon varios dirigentes del partido.
Ayer fue un día denso en conversaciones telefónicas. En Cataluña, Pasqual Maragall. En Madrid, al otro lado de la línea, José Luis Rodríguez Zapatero y José Montilla. Los tres evaluaron la estrategia a seguir con vistas a las elecciones autonómicas previstas para noviembre, una vez aprobado el nuevo Estatuto el pasado domingo. Los dirigentes socialistas realizaron un análisis, sopesando las expectativas electorales que pudiera tener el propio Maragall, quien ahora se inclina por ceder el puesto al primer secretario del PSC y ministro de Industria, José Montilla. Esta actitud de Maragall supone un cambio respecto a los últimos días de la pasada campaña electoral, que el presidente de la Generalitat interpretó como un aval para su continuidad.
Apoyos en la campaña
Un punto clave de estas conversaciones triangulares ha sido subrayar la reflexión de que "sería conveniente no vincular el anuncio de la renuncia [de Maragall] a presentarse de nuevo con su entrevista en La Moncloa", apuntó otro colaborador del presidente catalán.
De todas maneras, no se descarta como segunda opción que Pasqual Maragall comunique su decisión el próximo 1 de julio, aprovechando la habitual reunión de la ejecutiva del Partit dels Socialistes de Catalunya.
En los últimos días se habían hecho más persistentes las presiones de los aparatos del PSC y del PSOE para impedir que Maragall opte a un segundo mandato. El lunes, a la mañana siguiente del referéndum, la cúpula de los socialistas catalanes le apremió a decidirse cuanto antes. Diversos miembros de la ejecutiva expresaron la conveniencia de designar al candidato antes de verano y terminar así con un debate que perjudica a los intereses electorales del partido.
La recomendación de la ejecutiva constituyó un aperitivo de los posteriores y contundentes mensajes que los socialistas han enviado al presidente de la Generalitat, a pesar de insistir públicamente en que sólo a él le corresponde tomar la decisión. Maragall ha acabado por convencerse de que la mayor parte de los dirigentes del PSC y del PSOE apuestan por Montilla como candidato a la Generalitat. Y que, por tanto, presentarse en estas condiciones no le aseguraría el triunfo. Además, Pasqual Maragall sabe, porque así se lo han transmitido, que su candidatura no dispondría del apoyo entusiasta del aparato socialista y, aunque no le daría la espalda, tampoco se volcaría en la campaña.
Poco a poco, pues, se despejan las incógnitas electorales en Cataluña. En la tarde del jueves, en la sesión parlamentaria de control al Gobierno, Maragall anunciará que la Cámara no volverá a reunirse tras el verano y que en septiembre procederá a su disolución.
La intención del presidente de la Generalitat es anunciar la convocatoria de elecciones el 11 de septiembre, Diada de Cataluña, y celebrarlas el 19 de noviembre, cuando se cumple el tercer aniversario de las autonómicas que abrieron la puerta a la alianza de izquierdas del tripartito.
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