El fiscal pide la pena de muerte para Sadam Husein y tres de sus colaboradores

"Pedimos el máximo castigo para Sadam Husein", afirmó ayer Jafar al Musaui, fiscal jefe del juicio que se sigue en Bagdad desde hace ocho meses contra el ex presidente iraquí. La solicitud de la pena de muerte se extiende a otros tres de los siete acusados, el ex jefe de los servicios de seguridad Barzan al Tikriti, el ex vicepresidente Taha Yasin Ramadan y el ex jefe de los tribunales revolucionarios del régimen Awad Hamed al Bander. El ministerio público considera probado que la muerte de 148 chiíes en Dujail en 1982 fue una represalia por el intento de asesinato de Sadam en esa aldea.

"Estaban extendiendo la corrupción por la Tierra... Ni siquiera los árboles se salvaron de su represión", proclamó el fiscal jefe en la lectura de su informe final, que se prolongó durante 45 minutos. A su entender, la ley iraquí establece la pena capital para los delitos de los que se acusa al ex dictador y por ello debe de ser aplicada. Desde el banquillo de los acusados, un Sadam Husein relajado, vestido con un traje negro, replicó sarcásticamente: "¡Bien hecho!".

Poco antes, otro miembro del equipo del ministerio público, cuyo nombre no fue divulgado por motivos de seguridad, inició la sesión con un pormenorizado relato de lo ocurrido el 8 de julio de 1982 en Dujail, tras un atentado contra Sadam. "Las fuerzas de seguridad detuvieron hombres, mujeres y niños y los sometieron a una tortura mental y física, incluida la utilización de choques eléctricos", dijo.

Miles de personas fueron detenidas arbitrariamente y trasladadas a la sede del partido Baaz en Bagdad, donde 36 perdieron la vida debido a los golpes. Cerca de 400 de los detenidos fueron enviados a un centro penal en el desierto sin que mediara juicio alguno.

"Las operaciones que siguieron al intento fueron una represalia en la que se empleó una fuerza excesiva en respuesta a un simple incidente [se escucharon disparos]", afirma la fiscalía. Las 148 personas ejecutadas posteriormente nunca fueron presentadas ante un tribunal y varios de ellos perecieron durante los interrogatorios.

Dujail era uno de los bastiones de Dawa, partido chií considerado por Bagdad proiraní. Varios de los líderes vivían exiliados en Teherán. Entonces, Dawa estaba en la clandestinidad. Hoy se encuentra al frente del Gobierno: el primer ministro, Nuri al Maliki, es su número dos.

La defensa del ex dictador siempre ha sostenido que las acciones que tomó el régimen en 1982, en respuesta a lo ocurrido en Dujail, eran consecuentes con la gravedad del delito y que se actuó conforme a las leyes que en ese momento regían en un Irak en guerra contra Irán. También aseguran que algunos de los 148 asesinados están vivos, una afirmación que no han probado.

Algunos expertos internacionales denuncian que el tiempo otorgado a la defensa, para presentar sus testigos, ha sido desproporcionadamente más pequeño que el de la fiscalía. El propio Sadam ha tildado al tribunal de "marioneta de Estados Unidos".

El proceso, que se lleva a cabo desde hace ocho meses en medio de grandes medidas de seguridad, ha sufrido todo tipo de problemas e interrupciones. Dos de los letrados del equipo de la defensa fueron asesinados en las calles de Bagdad y el primer presidente del tribunal, Rizgar Amin, cedió a la presión exterior y presentó su dimisión el 22 de enero. Tanto EE UU como el Gobierno de Irak le consideraban demasiado flexible con Sadam, al que le permitía lanzar peroratas políticas. Su sustituto, el kurdo Rauf Abdul Rahman, ha gobernado el proceso con mano de hierro.

El juicio se reanudará el 10 de julio para que la defensa eleve sus conclusiones a definitivas. Se espera que pida la absolución del ex presidente de Irak y sus siete colaboradores. Después, los cinco jueces que componen el tribunal se retirarán para alcanzar un veredicto. Aun en el caso de que adopten la pena máxima, Sadam Husein podrá apelar y retrasar la aplicación de la sentencia. Otros juicios por crímenes de guerra y genocidio mucho más graves que Dujail le esperan en la recámara.

Mientras, prosigue la violencia de cada día en Irak. Al menos 23 personas perdieron la vida, entre ellas Jodeir Abdala Abbas, jefe adjunto de la policía de Faluya, en diversos atentados e incidentes. El Ejército de Estados Unidos mantiene la ofensiva iniciada sobre Ramadi, el principal reducto de la insurgencia.

'Caso Calipari'

La fiscalía de Roma ha abierto un proceso contra el soldado norteamericano Mario Lozano. Se le considera autor de la muerte en marzo de 2005 del agente secreto italiano, Nicola Calipari, tiroteado por una patrulla estadounidense en la ruta hacia el aeropuerto de Bagdad, informa France Presse. Calipari viajaba con Giuliana Sgrena, una periodista que acababa de ser liberada.

El texto de la fiscalía romana califica lo ocurrido con Calipari de "crimen político". Se basa en un artículo del Código de Procedimiento Penal, que permite la persecución de aquellas personas que han cometido un delito fuera del territorio italiano y que se considera una ofensa para los intereses políticos del Estado. Este texto, que data de la época de Benito Mussolini, permitió a la justicia italiana procesar a miembros de la dictadura militar argentina.