Juegos en aguas de Castilla

Las tranquilas aguas del canal de Castilla, a su paso por la localidad vallisoletana de Medina de Rioseco, brindan muchas posibilidades para disfrutar del ocio: paseos en barco, contemplación de la naturaleza, inmersión en el entorno histórico y actividades de turismo activo. El plato fuerte es la embarcación Antonio Ulloa, propulsada por energía eléctrica, que zarpa de la dársena del Canal.

El canal de Castilla fue uno de los sueños de la Ilustración del siglo XVIII. El objetivo era crear una red de canales de navegación que uniera Castilla con los puertos del norte de la Península para transportar la harina y la lana castellana y permitir la entrada de los productos de ultramar. La construcción tardó casi un siglo y el final de la aventura lo determinó la llegada del ferrocarril.

El Antonio Ulloa realiza dos tipos de itinerarios: uno de siete kilómetros y otro de 14. Este último llega hasta la séptima esclusa, donde la embarcación queda atrapada entre sus gigantescas puertas que la elevan tres metros para superar los desniveles del terreno.

También se puede recorrer por cuenta propia esta espectacular obra hidráulica. En los meses de primavera-verano, Medina de Rioseco ofrece alquiler de piraguas y bicicletas para organizar el paseo a gusto de cada viajero, bien surcando las aguas o pedaleando por los caminos de sirga donde antaño iban los mulos tirando de las barcazas cargadas de mercancías.

De regreso a la dársena, el viajero puede completar la visita en la fábrica de harinas San Antonio. El edificio ofrece un recorrido guiado de media hora para admirar la maquinaria con la que se molturaba y limpiaba el trigo, que utilizaba como única fuerza motriz el agua del canal.

Para aquellos que quieran más aventura, los días 14, 15 y 16 de julio se recrea en Medina de Rioseco la histórica batalla del Moclín, que tuvo lugar en 1808, cuando las tropas napoleónicas tomaron la población. Con la participación de asociaciones internacionales venidas de Francia y del Reino Unido, se organiza un amplio programa de actividades amenizado con el ruido de los cañonazos y disparos de mosquete que acompañan a los uniformados voluntarios vestidos con trajes de la guerra de la Independencia. Una vez en el pueblo no hay que dejar de visitar la capilla de los Benavente, conocida como la capilla sixtina de Castilla, del siglo XVI, con retablo mayor labrado por Juan de Juni.