Airbus se retrasa
La aventura industrial y tecnológica del Airbus 380, el avión comercial de más de 500 pasajeros que está fabricando el consorcio europeo EADS, está sufriendo graves inconvenientes que pueden dar al traste con la viabilidad del gran proyecto europeo. Airbus acaba de anunciar que retrasa la entrega de las primeras unidades en seis meses, anuncio que los mercados de valores han castigado con un hundimiento de la cotización de EADS del 26% en la jornada del miércoles. No es un hecho aislado ni baladí. Es la segunda vez que EADS anuncia un retraso en la entrega de los aviones, y las compañías que iban a usar sus aparatos, en particular Singapore Airlines, empiezan a afilar sus argumentos jurídicos para reclamar las penalizaciones en las que puede incurrir la firma europea por los daños que causan los aplazamientos indebidos.
Los errores de EADS son evidentes. Ha calculado mal los plazos de entrega y esa circunstancia está beneficiando a su gran competidor, Boeing, fabricante del modelo 787 que se comercializará en torno a 2010. Detrás del A-380 y el B-787 aparecen las dos grandes estrategias que pueden adoptar las líneas aéreas en el próximo decenio: transporte a grandes distancias y a grandes aeropuertos, para distribuir a partir de ellos a otros más pequeños -solución EADS-, o los viajes punto a punto que implica el modelo Boeing, con aviones más pequeños. Éste es el momento crucial, en el que puede decidirse el cambio de estrategia comercial de las grandes compañías aéreas; y es precisamente el más inoportuno para que el avión europeo dé muestras de debilidad. Después del nuevo retraso, Airbus ha perdido la iniciativa en beneficio de su competidor estadounidense. La producción del B-787 está en plazo y las líneas aéreas pueden decidirse por la estrategia que implica un aparato más pequeño simplemente porque el A-380 no está en el momento oportuno.
Ni que decir tiene que está en grave riesgo un proyecto que requirió una inversión de casi 12.000 millones de euros y que sólo en España genera 2.000 puestos de trabajo directos y 4.000 indirectos. Si EADS quiere recuperar la iniciativa tiene que transmitir un mensaje contundente y fiable a las compañías áreas que pueden ser sus clientes. Por ejemplo, que no habrá más retrasos y que las causas de los desgraciadamente habidos hasta ahora serán erradicadas con las disposiciones industriales y financieras pertinentes.
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