Fox: "No hemos tenido madurez para lograr los acuerdos que el país nos pide"

Vicente Fox vive sus últimos días como presidente de México en su residencia oficial en el Distrito Federal, antes de las elecciones del 2 de julio, a las que no puede presentarse. En una conversación con periodistas españoles el pasado miércoles, Fox repasa las reformas pendientes: la laboral, la de las pensiones, y sobre todo, la apertura a la inversión extranjera en los sectores de energía, gas, electricidad y telecomunicaciones, controlados por los grandes monopolios públicos.

"No hemos tenido la madurez suficiente para lograr los acuerdos que el país nos demanda", dice Fox. Y lo explica, en buena parte, porque su formación, el Partido Acción Nacional (PAN), conservador, ha gobernado estos seis años en minoría. Pero Fox insiste en que si México quiere afianzarse en un crecimiento del 5% y mejorar los ingresos fiscales (ahora apenas suponen un 12% del PIB, en buena parte gracias al petróleo), las reformas son "indispensables".

Aclaró que en el sector de la energía "no se trata de privatizar Pemex [Petróleos Mexicanos] (...), sino de abrir de par en par las puertas a la inversión privada extranjera". La fórmula es la de "asociación bajo contrato" para los sectores de petróleo, gas y electricidad. El otro "cuello de botella" es el de las telecomunicaciones, donde "todavía quedan algunas restricciones", y en el que domina la estatal Telmex en competencia con Telefónica.Todas estas trabas deberían ser removidas, según Fox, sea cual sea el ganador en las elecciones.

En el sector financiero, Fox da un tirón de orejas a los dos grandes bancos españoles que operan en México -BBVA Bancomer y Santander Serfin- para que reduzcan sus márgenes de intermediación, "muy altos", y atiendan a sectores como el de los agricultores y las pequeñas y medianas empresas. "El problema número uno de los bancos españoles es que ganan mucha plata en México", dice Fox. "Aquí", añade, "se han fortalecido de lo que han perdido en otros países de Latinoamérica".A la pregunta de si un triunfo del candidato izquierdista Andrés Manuel López Obrador podría situar a México en la esfera de Evo Morales (Bolivia) y Hugo Chávez (Venezuela), Fox dice que "el gran problema de Latinoamérica ha sido montar democracias con gente de bajo nivel educativo, que no sabe leer ni escribir". Lo que ha detenido el progreso "es la demagogia, el populismo y encerrarse ante la globalización". México, asegura, "se ha distanciado de ello, con una economía muy abierta".

Fox reconoce que la inseguridad es "el punto de mayor insatisfacción" de su mandato, durante el cual se han detenido a unos 65.000 traficantes. Aunque dice que, pese a todo, "México es un país seguro", señala que "aún queda una gran tarea por hacer".