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El Banco Mundial nombra a Ana Palacio vicepresidenta y responsable jurídica

La ex ministra mantenía hasta ahora un contrato temporal de asesoramiento a Wolfowitz

Ana Palacio, abogada, diputada y ex ministra de Asuntos Exteriores del Gobierno de José María Aznar, será nombrada formalmente hoy vicepresidenta y abogada general del Banco Mundial, con sede en Washington, Estados Unidos. La ex ministra mantenía hasta ahora un contrato de duración limitada con el presidente del Banco Mundial, el ex subsecretario de Defensa Paul Wolfowitz, que le llevaba a viajar con frecuencia a la capital norteamericana. Palacio apoyó activamente en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas la invasión de Irak en marzo de 2003.

Paul Wolfowitz, el arquitecto de la guerra de Irak, al punto que le valió el apodo en Washington de Wolfowitz de Arabia, ha colocado sus piezas de forma lenta pero segura en el organigrama del Banco Mundial, desde el verano de 2005. Pero un puesto clave seguía en situación de interinidad: el de senior vicepresident and general counsel, es decir, vicepresidente y abogado general.

A un conocido funcionario internacional, Roberto Danino, le sucedió Scott White, pero lo hizo como vicepresidente interino. En paralelo, Wolfowitz ofreció a Palacio un contrato de duración limitada relacionada con un programa del Banco Mundial sobre apoderamiento jurídico de la pobreza. Fuentes oficiales del Banco Mundial consultadas anoche por este periódico explicaron que el nombramiento de Palacio se hará público hoy en la reunión del consejo de administración prevista en Washington. "El proceso de hacer público el nombre de la persona nombrada lleva 72 horas y aún estamos dentro de el. Durante este lapso se congela cualquier anuncio. Mañana [por hoy, viernes] habrá progresado", explicó.

Fuentes consultadas en Washington daban por hecho el nombramiento de Ana Palacio desde hacía varios meses. Wolfowitz, según dijeron las fuentes, ha nombrado dentro del Banco Mundial apenas un puñado de profesionales. La presencia de Palacio, primero con un contrato de obra puntual y, ahora, como uno de los pesos pesados de la institución, indica que la sintonía personal entre ambos es total.

Según explicó el portavoz del Banco Mundial consultado anoche, el puesto de vicepresidente y abogado general contempla emitir opiniones legales sobre toda la actividad corporativa del organismo, sobre la actividad de los administradores ejecutivos y prácticamente acerca de todos los asuntos de la gran actividad que despliega la entidad.

Palacio simpatizó activamente con los planteamientos del sector de la Administración Bush dirigido por Wolfowitz, y respaldó con entusiasmo en la ONU la guerra de Irak, hasta el punto que, tres días después de la invasión, en marzo de 2003, destacó que la guerra había hecho subir a las Bolsas y bajar el precio del petróleo. Entonces estaba a unos 30/35 dólares por barril. Hoy, prácticamente cotiza el doble.

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Ana Palacio y el presidente del Banco Mundial, Paul Wolfowitz.
Ana Palacio y el presidente del Banco Mundial, Paul Wolfowitz.

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