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El futuro de Cataluña

Maragall pide a los empresarios que "se mojen" por el Estatuto

Los ejecutivos piden un desarrollo rápido y transparente de la nueva financiación

Miquel Noguer

Rodeado de medio centenar de empresarios que brindaron su apoyo sin matices al nuevo Estatuto, el presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, se desquitó ayer del varapalo que recibió hace apenas tres semanas cuando José Manuel Lara, en nombre del Círculo de Economía, arremetió contra una eventual reedición del tripartito y criticó la falta de liderazgo del actual Ejecutivo. Ayer, sin Lara, los empresarios pidieron a Maragall la pronta puesta en marcha del nuevo sistema de financiación.

El presidente les instó a "mojarse" por el nuevo Estatuto pese a los "costes" que les ha supuesto.

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Entre los asistentes al encuentro, en el Palau de Pedralbes de Barcelona, estuvieron Ricard Fornesa e Isidre Fainé (La Caixa), Josep Oliu (Banc Sabadell), Narcís Serra (Caixa Catalunya) y Salvador Gabarró (Gas Natural), además de Antoni Brufau (Repsol) y Artur Carulla (Agrolimen). El acto también convocó a los máximos representantes de todas las patronales catalanas, entre ellos Antoni Abad, Juan Rosell y Eusebi Cima. Todos para demostrar su apoyo al nuevo Estatuto en un momento en que ni el Gobierno ni su presidente pueden pedir el voto para el texto por decisión judicial.

En una reunión de carácter institucional que duró cerca de 70 minutos, Pasqual Maragall y el consejero de Economía, Antoni Castells, tomaron el pulso al empresariado y, según explicaron algunos empresarios asistentes a la reunión el acto fue una suerte de reconciliación entre ambas partes después de las agrias críticas contra el Gobierno lanzadas hace tres semanas por el Círculo de Economía en sus jornadas de Sitges. Castells, con un discurso de carácter técnico, precedió en el uso de la palabra a un Maragall más afable que nunca en busca de la colaboración de los empresarios, y a juzgar por los gestos, la encontró.

Ya con las puertas abiertas y ante las cámaras, el presidente dijo haber constatado el "punto dulce" en el que a su juicio se encuentran las relaciones entre la política y la economía en Cataluña y aseguró que tenía constancia de que los efectos del boicoteo a los productos catalanes del año pasado "forma ya parte del pasado". Con todo, advirtió a los empresarios de que la ambición que se expresa por medio del nuevo Estatuto, también tiene "costes" que no concretó.

Pero a diferencia de lo ocurrido en Sitges no hubo reproches por parte de los empresarios ni reticencias sobre el Estatuto. Éstos sólo pidieron a Maragall la máxima premura en el desarrollo del nuevo sistema de financiación, con agilidad y transparencia, además de dotar de mayor eficiencia a la Administración catalana. A estas peticiones se le sumó otra ya clásica: estabilidad.

A ello respondió, por la tarde y en un acto electoral en Granollers, el consejero de Economía, Antoni Castells, quien destacó que el nuevo Estatuto tiene el respaldo de los dos principales partidos catalanes, PSC y CiU. "Y seremos unos o los otros los que desarrollemos el Estatuto y gobernemos tras las elecciones", afirmó Castells descartando así, aunque de forma implícita, un pacto de Gobierno entre nacionalistas y socialistas. "Nuestra intención es ganar las elecciones, y ganarlas bien", dijo.

También habló de alianzas el primer secretario del PSC, José Montilla, quien afirmó que la derecha se desvive por volver a Gobernar. Por una parte, recordó las ofertas de pacto de Josep Piqué a CiU, y por otra "las continuas promesas electorales de Convergència i Unió en una campaña que es la del Estatuto y no la de las elecciones". Sus reproches al PP se centraron en su anunciado recurso de inconstitucionalidad contra el Estatuto, algo que a juicio de Montilla siembra dudas sobre si el partido de Mariano Rajoy reconocerá los resultados del referéndum del próximo domingo.

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Sobre la firma

Miquel Noguer
Es director de la edición Cataluña de EL PAÍS, donde ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona, ha trabajado en la redacción de Barcelona en Sociedad y Política, posición desde la que ha cubierto buena parte de los acontecimientos del proceso soberanista.

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