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La UE abre las negociaciones de adhesión con Turquía pese a la resistencia de Chipre

Los Veinticinco advierten al Gobierno de Ankara que debe cumplir sus obligaciones

La Unión Europea decidió ayer, a regañadientes, abrir el proceso negociador con Turquía, al dar el visto bueno condicionado al capítulo sobre Investigación y Ciencia. El acuerdo se alcanzó tras un intenso tira y afloja que duraba desde el viernes. "Lo de hoy es un claro mensaje de que Turquía debe cumplir sus obligaciones", dijo el comisario de la Ampliación, Olli Rehn. El consenso para negociar debe ser unánime, pero Chipre se negaba en redondo a hacer concesiones a una Turquía que sigue sin reconocerla, además de ocupar un tercio de la isla.

La futura adhesión de Turquía pasa por la discusión y acuerdo sobre 35 capítulos de materias para alinear al país euroasiático con el acerbo comunitario. Que va a ser un proceso largo y difícil ya se vio en las negociaciones del pasado mes de octubre, cuando, también en Luxemburgo, los ministros de Exteriores europeos sudaron tinta para que se aceptara la idea de abrir la puerta comunitaria a Ankara.

Con ánimo de facilitar el tránsito negociador con los turcos, la presidencia austriaca decidió en su momento que se comenzara a discutir sobre el capítulo de Investigación y Ciencia, el más fácil de los 35, un área en la que hay muy poco acerbo común y, por lo tanto, prácticamente nulas posibilidades de conflicto. El plan de ir con tacto casi fracasa ayer.

Nicosia insistía en el reconocimiento y en la plena aplicación del Protocolo de Ankara, por el que en el verano de 2005 Turquía extendía a los 10 países de la ampliación (entre ellos, Chipre) facilidades comerciales y de transporte que aplicaba a los Quince, como el derecho de los barcos y aviones a utilizar puertos y aeropuertos turcos. El Gobierno turco subrayó entonces que la firma del protocolo no suponía de ninguna manera el reconocimiento de Chipre.

Nicosia aprovechó la ocasión de ayer para meter presión a Ankara, indirectamente vetando la apertura y cierre del primer capítulo. Al final cedió, al aceptar una propuesta de la presidencia que recuerda a Turquía que "el incumplimiento de todas sus obligaciones afectará al avance en su conjunto de las negociaciones", además de indicarle que tiene hasta finales de este año para demostrar que hay avances en las vertientes comercial y de transporte. También quedó subrayado que el cierre del capítulo sobre Investigación y Ciencia es provisional y que "si es necesario, la UE volverá a él en un momento oportuno". "Lo de hoy es un claro mensaje de que Turquía debe cumplir sus obligaciones", dijo Rehn, responsable de la Ampliación. "Una vez que Turquía firmó el Protocolo de Ankara y dijo que pensaba cumplirlo, la UE decidió abrir negociaciones de adhesión y tenemos derechos a esperar que cumpla".

Proceso de ampliación

La eventual adhesión de Turquía -que no se producirá, en el mejor de los casos, antes de 2014- es una de las crecientemente complejas vertientes que tiene la ampliación de la UE. La capacidad de absorción de la Unión es algo que van a abordar los jefes de Estado y de Gobierno en la cumbre del jueves y viernes. Hay discrepancias sobre la formulación de la idea. "No queremos que se convierta en un criterio formal más" para futuras ampliaciones, señaló el ministro español de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos. Philippe Douste-Blazy, jefe de la diplomacia de Francia, donde la adhesión de Turquía jugó a favor del no en el referéndum de hace un año, defendió "que la ampliación se haga con control, que no se convierta en una huida hacia delante".

Los ministros de Exteriores de la Unión ajustaron también los temas para el Consejo Europeo del jueves y el viernes y acordaron iniciar de inmediato los respectivos procesos de reconocimiento de Montenegro. Los ministros se comprometieron a abrir cuanto antes los procesos nacionales de reconocimiento de la independencia de la antigua república yugoslava.

También decidieron renovar por un año más la congelación de sanciones contra el castrismo. "La estrategia avanza", comentó Moratinos. Sus palabras complacientes chocaban llamativamente con la pobreza de resultados del último año y medio de flexibilidad con La Habana, dramáticamente reconocida por la resolución del Consejo. "Todo depende de con qué ojo se mira", explicó el ministro español.

Miguel Ángel Moratinos (izquierda) habla con su homólogo húngaro, Ferenc Somogyi, ayer en Luxemburgo.
Miguel Ángel Moratinos (izquierda) habla con su homólogo húngaro, Ferenc Somogyi, ayer en Luxemburgo.AP

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