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El palo y la zanahoria

Fuerzas militares estadounidenses mataron ayer a siete supuestos militantes de Al Qaeda en Irak cerca del lugar donde su líder, Abu Musab al Zarqaui, perdió la vida la semana pasada en un bombardeo. Dos niños, incluido un bebé de seis meses, perecieron ayer en la operación.

"Las fuerzas de la coalición recibieron fuego de ametralladora desde un tejado cuando se aproximaban al objetivo. Los aviones que apoyaban el despliegue suprimieron el fuego enemigo matando a siete", se explica en el comunicado oficial. El general William Caldwell, portavoz del Ejército de EE UU en Bagdad, calificó la muerte de los niños de "extremadamente desafortunada".

En el lugar de los hechos había mujeres que lloraban. Los vecinos explicaron que estas mujeres dormían junto a sus hijos en el tejado cuando los norteamericanos atacaron la vivienda. "Les vimos arder y no pudimos hacer nada", dijo uno mientras ayudaba a depositar los cuerpos en los féretros.

Mientras, crece la presión de los árabes suníes sobre el primer ministro de Irak, el chií Nuri al Maliki, para que incluya a jefes de los grupos insurgentes en la conferencia para la reconciliación, que podría comenzar el 22 de julio. "Ellos [el Ejecutivo] deben hablar con todo el mundo y cuando decimos todo el mundo queremos decir todo el mundo", dijo Abdul Hadi al Zubeidi, uno de los principales políticos suníes.

Es algo que no descarta el entorno del primer ministro, que sin embargo niega la posibilidad de incluir en el proceso a los ex baazistas de Sadam Husein.

Los gestos de Maliki, como el de la liberación de 2.500 prisioneros, están dirigidos a la insurgencia nacionalista, que es suní. Su objetivo, y de EE UU, es separar los combatientes extranjeros de los iraquíes y convencer a los segundos de que hay espacio político para ellos. El presidente Jalal Talabani ha admitido encuentros con siete de estos grupos.

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Nadie espera que la muerte de Zarqaui obre el milagro. Como recordatorio de las dificultades, dos coches bomba explotaron ayer en sendos mercados chiíes de Bagdad causando la muerte de al menos 10 personas y heridas a 56.

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