"Hizo uso del bastón extensible y le presionó con fuerza el cuello"
El fiscal describe en su escrito la actuación de los agentes de la Guardia Civil del cuartel de Roquetas en la tarde del 24 de julio de 2005. Lo que sigue es un resumen amplio de su versión de lo ocurrido:
"Al llegar a dependencias policiales, Juan Martínez Galdeano, requirió ayuda de los tres agentes que se encontraban de servicio en el puesto, Antonio Marcos Vega, Domingo Jodar y María José Sánchez, quienes le invitaron a que permaneciera en el interior de las oficinas mientras disuadían a sus perseguidores, que se encontraban agolpados en la valla que circundaba el cuartel increpando a Juan Martínez Galdeano, para que cesaran en su actitud y se trasladaran a las dependencias municipales de la Policía Local, competente para la instrucción del accidente acaecido.
"Los agentes que lo sujetaban se percataron de que el detenido no respiraba"
"Golpearon al acusado mientras permanecía decúbito supino caído en el suelo"
Cuando estas personas se retiraban, Juan Martínez Galdeano pretendió abandonar las instalaciones, recibiendo órdenes por parte del funcionario Antonio Marcos Vega para que permaneciera en las mismas con la intención de evitar un nuevo enfrentamiento entre las partes que a tenor de lo exaltados que estaban los ánimos hubiera podido producirse, y enfurecido y haciendo caso omiso a la solicitud, tras propinar un empujón al guardia salió corriendo, siendo perseguido por ese agente y por su compañero Domingo Jodar, quienes consiguieron darle alcance a la altura de los aparcamientos del cuartel y, tras un forcejeo, en el curso del cual Martínez Galdeano opuso una fuerte resistencia a la actuación de los agentes, lograron retenerlo.
De retorno a las dependencias, Juan Martínez, zafándose de su retención, se asió al mástil de la bandera y se opuso a introducirse de nuevo en las oficinas, situación ante la que los agentes de servicio, junto con el teniente, el acusado José Manuel Rivas, quien se encontraba en su domicilio sito en el mismo acuartelamiento fuera de servicio y acudió para ver lo que ocurría ante el tumulto creado, y una patrulla que en esos momentos llegaba al cuartel, compuesta por los acusados, José Antonio Sánchez Granero, José R. Acuyo Escudero, quienes tras un diálogo mantenido con el mismo, le invitaron a que depusiera su actitud, entrando a continuación al cuartel, en cuyo interior procedieron a su detención y le colocaron los grilletes en las muñecas.
Tras permanecer en el interior durante media hora, los agentes, Antonio Marcos Vega, Domingo Jodar, José Sánchez Granero, José R. Acuyo y María José Sánchez, se dispusieron a introducir al detenido en un vehículo oficial para conducirlo a otras dependencias, momento en que Martínez Galdeano se resistió a subir al coche patrulla, iniciándose un forcejeo con los cinco guardias, en el curso del cual, propinó a Antonio Marcos Vega un bocado en el antebrazo izquierdo, cayendo a continuación el detenido al suelo y desde esa posición, lanzó una patada que alcanzó la puerta del turismo, golpeando ésta a la agente María José Sánchez en la mano derecha causándole lesiones.
Mientras el detenido permanecía caído en el suelo, intentando los agentes reducirlo mediante el uso único de la fuerza física, el teniente Rivas salió de nuevo de las instalaciones, portando en una mano una defensa metálica extensible y en la otra una defensa eléctrica, ambos instrumentos no reglamentarios, y ordenando a sus subordinados que se retiraran del detenido, que se encontraba esposado y caído en tierra, comenzó a percutir y golpear a éste de manera reiterada y sucesiva con golpes de defensa y descargas alternativas.
El acusado José Antonio Moreno, quien no se encontraba de servicio, se unió a la acción de sus compañeros, llegando a continuación una pareja de motoristas compuesta por el acusado José Antonio Muñoz Montes, quien coadyuvó en la reducción, y el agente Antonio García Ruiz, quien abandonó inmediatamente el cuartel, desplazándose a un centro sanitario con la intención de recabar asistencia médica, regresando en un momento ulterior, cuando ya el detenido se encontraba desvanecido, inmovilizado boca abajo.
Como quiera que Martínez Galdeano seguía mostrando resistencia, los ocho agentes acusados retuvieron y golpearon al detenido mientras permanecía decúbito supino caído en el suelo, inmovilizadas sus extremidades mediante los grilletes colocados en las muñecas y un lazo de seguridad que el guardia Muñoz Montes le puso en los tobillos, haciendo uso de los medios antirreglamentarios referidos anteriormente, empleados por el teniente y por el agente Moreno, quien con el bastón extensible golpeó reiteradamente al detenido en ambos costados, de una defensa de goma utilizada por la acusada María José Sánchez y de un spray de defensa usado por el acusado Muñoz Montes. Tras continuos golpes, los acusados, previendo el riesgo que suponía para su vida, giraron al detenido, quien en todo momento permanecía en el suelo, inmovilizándolo en posición de decúbito prono, sujetándole la cabeza, traccionando las extremidades superiores e inferiores y comprimiendo fuertemente la espalda. Encontrándose en esta posición el detenido, totalmente inmovilizado y sin posibilidad de oponer resistencia alguna, el agente Moreno, haciendo uso del bastón extensible, le presionó con fuerza en el cuello.
Tras permanecer el detenido inmovilizado boca abajo durante varios minutos, los agentes que lo sujetaban se percataron de que el detenido no respiraba...".
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