¿En Marbella quién hace los relojes?
Un fiscal alemán vino a Málaga para conocer el funcionamiento del sistema judicial español. Invitado por un colega asistió a un registro domiciliario. Cuando acudieron a la casa estaban en el interior los policías, el sospechoso, el abogado del sospechoso, y el secretario del juzgado que había dado la autorización. Como el presunto delincuente convivía con otras personas que no eran de su familia, también estaban los letrados de los otros inquilinos. El fiscal alemán, algo impresionado, le preguntó a su homólogo español el motivo de tanta concurrencia para un asunto que consideró menor, la posible presencia de droga en el inmueble. Éste le explicó que se trataba del sistema de garantías que establece la legislación española para evitar que un registro sea declarado nulo y se considere viciada la investigación. El fiscal alemán muy sorprendido se limitó a decir: ¿Aquí es que nadie se fía de la policía?
El sistema jurídico español es tan garantista con las víctimas que, a veces, cabría hacerse la misma pregunta del fiscal alemán pero con el funcionamiento general de la justicia: ¿En España es que nadie se fía de los jueces, de los fiscales y de los abogados, por eso hay tantas instancias donde recurrir? Les voy a poner un ejemplo. El ex alcalde de Marbella, Julián Muñoz, tuvo que dimitir el 16 de junio de 2004, tras ser condenado a dos años de inhabilitación por negar un informe a la oposición.
Por la vía penal tiene una condena a seis meses de prisión y ocho de inhabilitación por permitir 242 viviendas en una zona verde (caso Banana Beach). Hace una semana la Audiencia de Málaga iba a celebrar una vista por el recurso que la defensa del ex alcalde puso contra una segunda sentencia por otras 150 casas en zona verde (caso Proinsa). Este recurso se vio en paralelo a un nuevo juicio por la construcción de seis chalés también en zona verde (caso Moansa). El rosario seguirá en los próximos meses, ya que el ex alcalde tiene pendientes unas 40 causas más por delitos urbanísticos y otras 17 ante el Tribunal de Cuentas por irregularidades económicas. Este órgano ya le condenó, junto a otros dos miembros del consejo de administración, al pago de tres millones de euros por un delito de alcance contable, al no justificar la deuda de una sociedad municipal.
Muñoz lleva un año con la maleta hecha y con habitación reservada en la prisión de Alhaurín de la Torre, a pesar de la situación de "camarote de los hermanos Marx" político que registra esta cárcel. Sin embargo, sus abogados están demostrando la misma destreza para que Muñoz eluda la cárcel que la que tuvo Muñoz para eludir la legalidad en su etapa de político. La Audiencia de Málaga paralizó hace un mes el ingreso en prisión del ex alcalde hasta que se resuelva la petición de indulto que ha solicitado, a pesar de que, a tenor de los antecedentes, parece impensable que se lo den. El recurso a la segunda condena también está parado porque otro de los procesados ha cambiado de abogado y al nuevo no le dio tiempo a estudiar el informe, treta que se utilizó en otro proceso que todavía tiene pendiente.
En cada sumario donde está implicado Muñoz hay una media de siete imputados más, todos miembros del gobierno municipal que avaló las licencias. Llegados aquí, ahora multipliquen 40 sumarios pendientes y siete posibles abogados distintos en cada uno y les saldrán las veces que pueden demorar los procesos cambiando de letrado antes de cada juicio o recurso. Si creen que la demora puede llegar al infinito, súmenle lo siguiente. Lo que les comento está ocurriendo después de casi diez años sin que estos juicios se pudieran celebrar, porque de forma reiterada la Audiencia de Málaga fue aceptando el conflicto de prejudicialidad que planteaban las defensas para bloquear la vía penal. Los juicios penales se paralizaron mientras se resolvía por la vía contenciosa si la licencia era o no legal. Durante la etapa del GIL en Marbella los concejales del equipo de gobierno hicieron chalés adosados. Pero por lo visto ni el más tonto hizo relojes. Por eso, en esta ciudad la hora de la justicia se sigue midiendo en años.
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