La 'sociedad de los propietarios'
"No", decía el ex periodista de la Fox Tony Snow, recientemente nombrado uno de los asesores más cercanos a George W. Bush, su secretario de Prensa, cuando le preguntaban no hace mucho por sus ahorros de jubilación. "De hecho, hasta fui tan tonto que no abrí una 401(k). Así que en realidad no tengo pensión de la Fox. La única pensión de los medios que tengo es a través de la American Federation of Television and Radio Artists (AFTRA)". Una 401(k) es una cuenta con un tratamiento fiscal muy favorable con la que los trabajadores pueden ahorrar para la jubilación.
Por lo general, las empresas -incluida Fox News- igualan las contribuciones de los trabajadores a la 401(k), de modo que abrir una es un acuerdo económico irresistible, algo que no necesita meditarse. Pero Tony Snow no la abrió. Sólo el sindicato al que estaba obligado a afiliarse, la AFTRA, ha hecho un ahorro oficial y apartado unos activos para su jubilación.
El programa de Bush no establece cómo ni cuándo el Gobierno va a garantizar los recursos necesarios para financiar sus promesas
El caso de Snow, pienso, aporta lecciones muy importantes, y no sólo para Estados Unidos. Si el Gobierno de Bush tiene una filosofía coherente para la política interior, ésa es la idea de la "sociedad de los propietarios": la creencia de que las Administraciones públicas, los sindicatos y los departamentos de prestaciones de las empresas deberían dejar de proporcionar seguro social. Por el contrario, los individuos deberían confiar en que sus propios activos les proporcionen seguridad económica al jubilarse o en caso de una enfermedad grave. Si se da a la gente incentivos para planear su futuro, alegan los partidarios de la sociedad de los propietarios, lo harán.
En el futuro, Snow tendrá que subirse al podio de la sala de prensa de la Casa Blanca para elogiar las cuentas de la Seguridad Sanitaria, y afirmar que la gente no dejará de ir al médico a recibir cuidados preventivos aunque su plan de seguros asociado a dicha cuenta no se haga cargo de parte de la factura. Tendrá que alabar la privatización de la Seguridad Social y alegar que los individuos tomarán decisiones de inversión prudentes y sabias. Y tendrá que celebrar el deterioro de los sindicatos y que las empresas supriman sus prestaciones.
Cuando los periodistas oigan a Snow, tal vez concluyan con razón que el hecho de que él no canalizara parte de su salario en Fox News a una cuenta 401(k) es un argumento muy convincente en contra de las palabras que salen de su boca. Esto no quiere decir que se trate de un tema sencillo o que haya respuestas fáciles. Estados Unidos tiene muchos habitantes que no abren cuentas 401(k) a pesar de los enormes incentivos para hacerlo. También tiene gente que invierte mal: por ejemplo, los trabajadores de Enron cuyo dinero 401(k) estaba principalmente invertido en acciones de la empresa no sólo perdieron el trabajo cuando ésta quebró, sino también sus activos de pensiones. Hay también fondos de pensiones sindicales corruptos.
Por último, hay políticos como George W. Bush que promulgan un programa de gobierno que promete prestaciones farmacológicas generales a los ancianos y enormes beneficios a las empresas farmacéuticas. Puede que su Gobierno pregone las virtudes de la responsabilidad individual, pero su programa no establece cómo ni cuándo el Gobierno va a garantizar los recursos necesarios para financiar sus promesas.
En resumen, hay problemas psicológicos y morales en todos los niveles: individuos, empresas, sindicatos, empresas de seguros y Gobiernos. Estos problemas no son exclusivos de Estados Unidos, porque son inherentes a todos los esfuerzos de privatizar la seguridad social.
Del ejemplo de Tony Snow deberíamos aprender, como mínimo, que el sueño de una "sociedad de los propietarios" abrazado por Bush sencillamente no es verosímil. Si lo fuera, su nuevo secretario de Prensa no se estaría llamando "tonto" a sí mismo.
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