"Queremos gestionar los aeropuertos"

En el despacho del Consejo Superior de Cámaras de Comercio que preside, Javier Gómez Navarro (Madrid, 1945, ingeniero industrial) no ocupa la mesa que le corresponde sino otra redonda, cubierta con pilas de documentos y un pequeño hueco para su agenda, probablemente una de las más comprometidas del país, junto a la del presidente del Gobierno y la del Rey. Responsable de la organización de los Juegos Olímpicos de Barcelona, creador de Fitur, ex ministro de Comercio y presidente de Aldeasa, se presenta el próximo 5 de julio a la reelección para la presidencia, no retribuida, del Consejo Superior de las 87 cámaras de comercio de España.

Pregunta. Si las cámaras son independientes, ¿por qué cada vez que hay un cambio de Gobierno cambia el presidente del Consejo?

"Con Zara hemos desplazado a los italianos en el mercado de las clases medias, pero no en las grandes marcas. Necesitamos más 'glamour"

"Es absolutamente dramático que el 95% de los señores que salen del bachillerato no hablen ni una palabra de inglés"

Respuesta. No es obligatorio, pero tiene su lógica. Desde aquí se diseñan programas con la Administración Central, discutimos las reformas de las leyes... Siempre es mejor que la persona que esté aquí tenga buenas relaciones con el Gobierno. No te puede destituir, pero si te transmite el mensaje de que te considera una persona non grata y no te recibe, te mata.

P. Con el escaso tiempo que lleva en el puesto, ¿por qué se somete a la reelección?

R. Llevo 16 meses. Entré al final del mandato del anterior presidente, José Manuel Fernández Norniella, y ahora me presento a la reelección para cuatro años.

P. ¿Desde su etapa como ministro ha observado cambios en las cámaras?

R. Cuando Felipe González me nombró ministro se acababa de aprobar la Ley de Cámaras. Me tocó aplicarla, resolver todos los recursos de inconstitucionalidad y poner en marcha el proceso de modernización. Desde que perdí el contacto en 1996 hasta hoy han mejorado muchísimo en la gestión. Hay mayor grado de participación, están mejor preparadas de lo que estaban hace diez años.

P. ¿De qué manera una cámara puede ayudar a una persona a convertirse en empresario?

R. A través de la Fundación Incyde (Instituto Cameral de Creación y Desarrollo de la Empresa), que preside Ana Patricia Botín, desarrollamos programas para dotar a los emprendedores de recursos necesarios para montar una empresa. Disponemos de ventanilla única y con ayudas europeas gestionamos la creación de casi cien viveros, donde facilitamos asesoría y espacio por dos años para ayudarles a estabilizarse. En este momento hay 27 viveros terminados, 32 en ejecución y otros 14 en estudio. Además, con un informe de la cámara, el emprendedor recibe un microcrédito de hasta 25.000 euros al 5,5% de interés fijo y tutelamos prácticamente el 100% de las prácticas profesionales de la formación profesional reglada. Cada año orientamos a más de 180.000 estudiantes e invertimos más de 100 millones de euros en el fomento de la internacionalización de las empresas.

P. ¿La proyección al exterior es la asignatura pendiente de nuestros empresarios?

R. La de las pequeñas empresas, sí. No así la de las grandes, que ya lo hacen. Los anglosajones están admirados por las tres grandes operaciones que empresas españolas han realizado en el último año; la adquisición de Abbey Bank por el Santander, O2 por Telefónica y BAA por Ferrovial.

P. Si gana, ¿en qué se va a diferenciar su mandato de la gestión que ahora desempeña?

R. En estos 16 meses he mejorado las relaciones institucionales, que habían sufrido por la convivencia de un presidente muy del aparato del PP con un Gobierno socialista. A partir de julio vamos a hacer dos cosas fundamentales. La primera es poner en marcha una iniciativa, con el apoyo de Presidencia del Gobierno, que nos permitirá informar del impacto económico sobre las empresas de todos los proyectos de ley para que los diputados lo conozcan. Hasta ahora las leyes sólo iban acompañadas de su impacto en el gasto público.

P. Todas se consensúan con los sectores afectados y en su tramitación intervienen grupos de presión que influyen en su redacción. ¿Existe algún mal precedente?

R. Sí, la Ley de Seguridad en el Trabajo. Generó tal nivel de liberados sindicales para constituir los comités de seguridad que las empresas no podían asumirlo. Yo era ministro entonces y lo conozco.

P. ¿Cuál era el segundo punto importante de su programa?

R. La competitividad. Supone introducir muchos cambios para disminuir los trámites burocráticos; la cuestión impositiva (España es el país de la OCDE donde más porcentaje de impuestos pagan las empresas y menos las personas); las relaciones laborales, la formación y el desarrollo tecnológico. Somos el organismo que más trabaja en la internacionalización de nuestras empresas. Y es absolutamente dramático que el 95% de los señores que salen del bachillerato no hablen ni una palabra de inglés. Es el fracaso absoluto más estruendoso de nuestro sistema educativo.

P. ¿A qué lo atribuye?

R. El sistema educativo no está orientado hacia las necesidades de las empresas. Una parte del retraso tecnológico español se debe a que la orientación universitaria es un poco autista; vive a su aire.

P. ¿Qué sectores se muestran más innovadores o qué experiencias puede mencionar que hayan resultado fructíferas?

R. El último Gobierno de Joan Lerma en la Comunidad Valenciana puso en marcha centros tecnológicos que fueron un éxito fantástico. Fue lo que impulsó el proceso de modernización tecnológica de los ceramistas de Castellón, del calzado sofisticado... Eran instituciones muy pegadas al terreno, conocedoras de la industria local, que les ayudaron a desarrollarse tecnológicamente partiendo de la base.

P. ¿Y dónde encuentra más deficiencias?

R. En la exportación. La mayor parte de la empresa española media tiene muy poca presencia en el mercado exterior y eso es un punto muy frágil para competir con los países que comienzan a desarrollarse en el Tercer Mundo. Con Zara hemos desplazado a los italianos en las clases medias, pero no en las grandes marcas. Necesitamos más imagen y glamour.

P. ¿Las cámaras mantienen grandes diferencias con respecto a las de otros países vecinos?

R. Durante el franquismo desaparecieron todas las instituciones democráticas, y eso se paga. Las francesas no han tenido ese problema. Gestionan todos los aeropuertos de Francia menos los de París y Grenoble.

P. ¿Pretenden emularles y gestionar los aeropuertos españoles?

R. No renunciamos a ello. Hay que tener en cuenta que los consulados que gestionaban los puertos fueron los orígenes de las cámaras.

P. ¿Por qué modelo de gestión apuesta usted?

R. Creo que si se transfieren los aeropuertos debería ser a consorcios en los que participen las comunidades autónomas, por supuesto, pero junto a instituciones económicas del sector privado como las cámaras.

P. ¿Trasladará esa oferta al Gobierno?

R. Ya hemos propuesto que nos gustaría participar en la gestión de los aeropuertos.

P. ¿Y qué les han contestado?

R. Que está en estudio el nuevo modelo de aeropuertos.