El PSOE rompe la negociación con Matas sobre el Estatuto balear
Las negociaciones para pactar la reforma del Estatuto de Autonomía de Baleares fracasaron ayer por la tarde, tras varios días de contactos entre el presidente de la comunidad, Jaume Matas (PP), y el líder del principal partido de la oposición, Francesc Antich (PSOE). Los socialistas rompieron las conversaciones porque, entre otras cosas, Matas les exigió un compromiso político, y por escrito, de que en el Congreso no modificará "nada" de aquello que el PP considera central en la reforma.
Antich le preguntó a Matas si podía asegurar, a su vez, que el PP no cambiará en las Cortes los aspectos del articulado que el PSOE balear considera fundamental, y no obtuvo tampoco asentimiento. Está previsto que la reforma sea votada el próximo día 13 en el Parlamento autónomo. El PP, gracias a su mayoría absoluta, puede sacar adelante el Estatuto en solitario, si bien Matas amenazó ayer con frenar la tramitación del proyecto, sobre el que anoche trabajaba con urgencia la Comisión Institucional.
Matas explicó que accedió a incluir 70 de las 121 enmiendas socialistas y atribuyó al PSOE la propuesta de que en el Congreso se siguieran negociando algunos de los aspectos más importantes.
El PP centra sus esfuerzos en fijar la partida extra de 3.000 millones de financiación en diez años, el compromiso de un régimen económico y fiscal especial, la equiparación automática con todo aquello que logre Canarias, la consignación de competencias de los consejos y del Gobierno y las características del nuevo consejo de Formentera.
Acuerdo previo
Jaume Matas indicó que "no podía ser que todo quedase abierto para seguir negociando en Madrid, sin que hubiera un acuerdo básico [de Baleares] que mantener". Francesc Antich replicó: "No es posible que el PP exija que de una serie de títulos no se puede tocar nada en Madrid mientras deja a las negociaciones abiertas otros, como el régimen especial".
La mayoría conservadora asume que "el Congreso puede cambiare l texto, es su potestad, pero es evidente que el grueso de la reforma debe ser consensuado en el Parlamento balear por los partidos de las islas". La explicación de los socialistas es distinta: "Nos querían dejar con las manos atadas y que el PP las tuviera libres" en las Cortes.
Uno de los escollos surgidos ayer fue que el PSOE asumió las tesis del Partit Socialista de Mallorca y de Izquierda Unida-Els Verds -que no firmaron el proyecto- para fijar "la obligatoriedad de conocer la lengua catalana". El PSOE permutó la enmienda lingüística con la exigencia del PP sobre el ritmo de creación urgente del Consejo formenterés. "No es aceptable la obligatoriedad de conocer la lengua. Es abrir un frente nuevo que no tiene sentido, abrir un tema que está solucionado desde 1989 y no estamos dispuestos a aceptarlo", replicó el PP.
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