Exportando a tope

Una de las mayores sorpresas de los indicadores de la economía española de los primeros meses del año en curso es la evolución del comercio exterior. Como se ve en los gráficos adjuntos, elaborados a partir de los datos de Aduanas, las tasas de crecimiento interanual de las exportaciones en volumen (incluidas las destinadas a la UE) han repuntado fuertemente, pasando de una media del 0,1% en el cuarto trimestre de 2005 al 12,7% en el primero del 2006. Igualmente, aunque con algo menos de intensidad, el crecimiento de las importaciones ha pasado del 4,9% al 13,2%. Estos saltos no son normales, así que la primera reacción del analista es pensar que, cuando ello ocurre, hay algún elemento errático, tanto más en este caso, pues es conocida desde antaño la elevada volatilidad de las estadísticas aduaneras.

Las exportaciones españolas se ven beneficiadas por la aceleración del comercio mundial

Efectivamente, como elementos, si no erráticos, al menos extraordinarios, que pueden explicar la fuerte recuperación de las exportaciones, podemos anotar varios. En primer lugar, el hundimiento de las ventas al exterior de automóviles y sus componentes que se produjo en 2005 y especialmente en el primer trimestre de ese año. En los primeros meses del actual este segmento de la exportación se ha recuperado, produciendo ese efecto de fuerte crecimiento interanual por comparación con unos datos extraordinariamente bajos (efecto escalón). En segundo lugar se observa un fortísimo crecimiento (41% en volumen ) de las exportaciones de bienes de equipo, que en 2005 representó en torno a un 10% del valor de las exportaciones totales. Dado el elevado valor de algunos de estos bienes singulares (barcos, aviones, estructuras), el mes en que se contabiliza la exportación de uno de ellos ve saltar por los aires las tasas de crecimiento interanual, siempre que no se hubiera producido el mismo fenómeno un año antes. Algo de esto parece haber ocurrido en los primeros meses de este año.

En todo caso, estos fenómenos ayudarían a explicar menos de la mitad del salto en las tasas de crecimiento de las exportaciones, pero el resto sería una recuperación más o menos genuina, o "real". Y es que, efectivamente, cuando se observan las tasas de crecimiento del comercio internacional, las cosas empiezan a encajar. Según Eurostat, los intercambios comerciales dentro de la UE aumentaron en el primer trimestre un 14% interanual a precios corrientes, cuando en 2005 lo hicieron a una tasa del 5%. Asimismo, las exportaciones de la UE al resto del mundo crecieron en dicho periodo un 18%, casi el doble que en 2005. A tasas superiores está aumentando el comercio exterior de EE UU, y no digamos el de China y otros países emergentes. Es decir, el comercio internacional está registrando una notable aceleración y las exportaciones españolas se ven beneficiadas de ello, incluso aunque se haya perdido competitividad.

Por supuesto, las tasas del primer trimestre no son en absoluto extrapolables a lo que resta del año, pero todos los analistas estamos revisando notablemente al alza nuestras previsiones. Dicha revisión debería conducir a mejorar la aportación del saldo exterior real al PIB y, por tanto, a un mayor crecimiento de éste, aunque no mucho más de lo previsto, ya que, en paralelo a la tendencia de las exportaciones, también las importaciones se aceleran. Por otro lado, tampoco cabe esperar que se frene la tendencia creciente del déficit comercial, pues la mejora de las exportaciones se la come el aumento del precio del petróleo.

Ángel Laborda es director de coyuntura de la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas).