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Grupos de jóvenes vuelven a enfrentarse a la policía en la periferia de París

Detenido uno de los implicados en los hechos que desencaderon la revuelta de otoño

Por segunda noche consecutiva, grupos de jóvenes de las barriadas conflictivas de la periferia de París se enfrentaron ayer con la policía, incendiaron vehículos y destrozaron mobiliario urbano, pero, a diferencia de la revuelta generalizada del pasado otoño, el conflicto parece centrado en una zona concreta: el explosivo territorio de Clichy-sous-Bois y Montfermeil, dos ciudades del departamento de Seine-Saint-Denis, precisamente el escenario desde el que arrancó la crisis de noviembre de 2005. El resto de Francia, por el momento, no se ha sumado a las protestas.

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Muhittin Altun, símbolo de la protesta

La noche del martes al miércoles se saldó con una docena de vehículos quemados, cuatro heridos leves y 13 detenidos. La sorpresa -para hacer más inquietante el paralelismo- fue descubrir que uno de los detenidos no era otro que Muhittin Altun, el joven de 18 años vecino de Clichy-sous-Bois que sobrevivió al drama desencadenante de la larga crisis que dejó más de 10.000 vehículos incendiados, cientos de edificios públicos destruidos y miles de detenidos en toda Francia.

El pasado 27 de octubre de 2005, Altun y sus amigos Bouna Traore, de 15 años, y Zyed Bena, de 17, creyendo ser perseguidos por la policía -algo que aún no ha sido totalmente aclarado- se escondieron en un transformador eléctrico, provocando una descarga que acabó con la vida de sus compañeros. Altun sufrió graves quemaduras y estuvo hospitalizado 50 días.

Según la policía, Altun habría lanzado piedras contra un vehículo de las fuerzas del orden, y le acusa de "degradación voluntaria de bienes públicos". Tras pasar la noche en comisaría, Altun salió ayer en libertad pendiente de juicio. Según su abogado, el joven debía haber participado ayer en una reconstrucción judicial de los hechos del 27 de octubre de 2005. El juez de instrucción que lleva el caso le había citado frente al transformador de EDF de Clichy-sous-Bois, donde murieron electrocutados sus amigos. La policía insiste en que no hubo persecución, y Altun asegura que los agentes les tenían acorralados.

Métodos brutales

Los incidentes de estos días tienen supuestamente su origen en la detención por la policía, con métodos aparentemente brutales, de un adolescente del barrio, acusado de haber agredido a un conductor de autobús. Un centenar de jóvenes, encapuchados y armados con palos y bates de béisbol, se enfrentaron el lunes por la noche con la policía y atacaron, primero, el Ayuntamiento de Montfermeil y después la vivienda de su alcalde, el conservador Xavier Lemoine, conocido por intentar impedir que los menores de 18 años pasearan en grupos de más de tres por el centro de la ciudad. El rebrote de la violencia ha tenido inmediatas repercusiones políticas. El ministro del Interior, Nicolas Sarkozy, protagonista de la crisis de otoño, acudió raudo a la zona y aseguró, en la localidad de Gagny, que se trata de una acción "premeditada" de grupos de "delincuentes reincidentes" que intentan impedir la presencia policial en el barrio.

"No son choques espontáneos entre jóvenes y fuerzas del orden. Cuando un centenar de delincuentes armados y encapuchados se enfrentan con la policía, no es una revuelta espontánea", dijo Sarkozy. "Su objetivo era provocar el máximo de daños y heridos", añadió.

Como tiene por costumbre, Sarkozy acudió rápidamente a la zona para apoyar a las fuerzas del orden y se topó -como también viene siendo habitual- con el rechazo explícito de grupos de jóvenes que le acusaron de actuar como agente provocador, buscando la rentabilidad política. La oposición, en boca del primer secretario del Partido Socialista, François Hollande, efectuó críticas parecidas y acusó a Sarkozy de "atizar las brasas".

Hasta 600 policías, varios helicópteros dotados de grandes focos para localizar a los incendiarios sobre el terreno y un importante despliegue de vehículos seguía ayer en la zona para impedir cualquier incidente. El tema fue tratado en el Consejo de Ministros. El portavoz del Gobierno, Jean-François Copé, explicó que Sarkozy presentó un informe sobre la situación.

Copé añadió que también se está aplicando la "política de igualdad de oportunidades" que encarna la ley aprobada en la Asamblea Nacional para solucionar las causas de la rebelión de las barriadas. Todos los expertos, los partidos políticos, e incluso el presidente Chirac, asumieron después de los incendios que la discriminación racial y social de los habitantes de estos guetos estaba en el origen de la violencia.

Agentes antidisturbios franceses vigilan una zona de Montfermeil, en la periferia de París, en la noche del martes.
Agentes antidisturbios franceses vigilan una zona de Montfermeil, en la periferia de París, en la noche del martes.ASSOCIATED PRESS

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