Muhittin Altun, símbolo de la protesta
Muhittin Altun, de 18 años, se está convirtiendo en el símbolo vivo de los disturbios de la periferia parisina. Altun, hijo de padres de origen turco, ha crecido en el barrio de Le Chêne Pointu (el roble puntiagudo), un conjunto de edificios misérrimos de diez plantas habitados por familias de inmigrantes franceses situado en Clichy-sous-Bois, la ciudad más pobre de la periferia de la capital francesa y origen y epicentro de los disturbios de octubre. Y también de los de esta semana.
A este barrio también pertenecía Zyed Benna, uno de los dos chicos que murió electrocutado en el transformador. En Le Chêne Pointu no hay casi jardines, ni campos de fútbol, ni columpios que se mantengan en pie. Sólo bloques de casas de 50 metros cuadrados de media atestados de personas y aparcamientos sucios. Y un roble alto y fuera de lugar que da nombre a la barriada, una de las más peligrosas y degradadas de la ya de por sí degradada Clichy-sous-Bois. En estos aparcamientos -y en los del cercano barrio de Pama, de similares características- se encontraban estacionados los primeros coches que ardieron en octubre.
Altun dejó los estudios hace más de un año. Ahora busca cursos estatales de formación de camareros para encontrar trabajo, algo muy difícil en Clichy-sous-Bois, donde hay una tasa de paro juvenil que roza el 50%.
Además, apenas hay bares, o restaurantes. Si encuentra trabajo, tendrá que irse fuera. Según Samir Mihi, educador social, miembro de la asociación Aclefeu, creada en noviembre pasado para luchar por integrar a estos jóvenes, Altun nunca estuvo metido en líos graves. "Pero la policía le provocó, nos provoca constantemente", asegura Mihi, de 30 años.
No es raro ver a Altun por esta zona, vestido con pantalones militares, camisetas y gorra blanca. Aún tiene heridas en la espalda y en el brazo derecho producto de las quemaduras de hace seis meses. Y en el cerebro. Mihi lo sabe bien: "Salió muy afectado. No ha vuelto a ser el mismo después de ver morir electrocutados a dos amigos suyos".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.