Vodafone declara pérdidas récord de 31.500 millones por amortizaciones

La compañía británica de telefonía móvil Vodafone anunció ayer unas pérdidas netas de 31.500 millones de euros, las más altas jamás presentada por una compañía europea. Sin embargo, las acciones subieron hasta casi un 3% en la Bolsa de Londres debido a que esas pérdidas (en realidad un ajuste contable por la amortización forzosa de la burbuja tecnológica) fueron inferiores a las esperadas y la empresa anunció un dividendo de 4.350 millones de euros, que es un 49% superior al previsto.

Las pérdidas netas de Vodafone superan el récord de 24.600 millones de euros que ostentaba Deutsche Telekom desde 2002. Pero la dirección de la compañía británica endulzó el mensaje negativo con un dividendo adicional de 4.350 millones de euros (que eleva a 13.000 millones de euros el retorno que disfrutarán este año los accionistas) y anunció una política de consolidación del negocio que pone fin al periodo de expansión que empezó con la polémica adquisición de la alemana Mannesman por 101.000 millones de libras (más de 145.000 millones de euros al cambio actual) en el año 2000.

Son aquellos excesos en tiempos del boom tecnológico los que ahora quedan reflejados en los balances de la compañía. La cartera de valores se ha depreciado en libros por valor de 23.500 millones de libras (34.000 millones de euros) por el deterioro no sólo de Mannesman (en 28.130 millones de euros), sino de otras operaciones en su momento en Italia y Suecia. Éstas se deben a la exigencia de los auditores de que esa depreciación se reflejara en los libros de cuentas.

Pero los ingresos del ejercicio fiscal que acabó en marzo reflejan unas ventas de 42.600 millones de euros (frente a 38.500 millones el año anterior) y un beneficio operativo de 13.600 millones de euros, lo que redujo las pérdidas netas del negocio antes de impuestos, una vez descontadas las amortizaciones de la burbuja tecnológica, a 21.300 millones de euros.

El consejero delegado de Vodafone, Arun Sarin, puso sobre la mesa una estrategia de cinco puntos para consolidar el futuro de la compañía y diversificar su actual dependencia de la telefonía móvil, un sector en el que se vive una competencia feroz en un marco de alta regulación del mercado.

Sarin hizo especial hincapié en la voluntad de incrementar la presencia de Vodafone en los servicios integrados de telefonía móvil y servicios de Internet en banda ancha. Esa penetración no se hará tanto mediante inversiones en una nueva red, sino subarrendando las capacidades de banda ancha existentes.

En España, donde Vodafone tiene una de sus filiales más rentables, los ingresos fueron de 5.857 millones de euros, un 22% más. La empresa prevé reducir costes con la externalización de parte de los servicios informáticos y de gestión.

Para hacer frente a las actuales dificultades, Vodafone anunció un cambio de estrategia en el que, además de búsqueda de oportunidades en mercados emergentes y apuesta por la innovación, aplicarán un recorte de costes en Europa, donde los ingresos deben ser estimulados.

El grupo ha reorganizado sus operaciones en torno a tres áreas, la de Europa, la conocida como EMAPA (acrónimo en inglés de Europa del Este, Oriente Próximo, Africa y Asia Pacífico) y la de nuevos negocios.