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Reportaje:

Las Bolsas de EE UU se van de compras por Europa

NYSE y Nasdaq buscan consolidar su negocio a nivel global

El interés de Wall Street por expandir su negocio bursátil más allá del Atlántico era ya conocido. Esta semana, esas intenciones se hacían realidad. La sociedad gestora del New York Stock Exchange (NYSE), por un lado, y la de la plataforma electrónica Nasdaq, por otro, ya están de compras por Europa. Y aunque utilizan estrategias diferentes, el objetivo que buscan es el mismo: consolidar un negocio financiero a escala global, capaz de competir con los mercados emergentes de Asia y ofrecer nuevos productos financieros para atraer más clientes.

Los datos revelan que de las 25 mayores ofertas de salida a bolsa anunciadas en todo el mundo en 2005 sólo una se realizó en EE UU
La fusión entre Euronext y el mercado de Nueva York creará un gigante, con un capital de compañías cotizadas de 21,3 billones de euros

El proceso de integración de las bolsas mundiales se acelera y el panorama está cambiando con rapidez en Europa. La primera en dar el salto al otro lado del Atlántico fue el Nasdaq, que apuesta por hacerse con el control del London Stock Exchange (LSE), el parqué más potente de Europa. La plataforma electrónica estadounidense es la mayor del mundo en su categoría, con 3.200 empresas cotizadas que acumulan un capital de 3,6 billones de dólares. El Nasdaq presentó en marzo una oferta de 2.400 millones de libras por la Bolsa de Londres, pero la ejecutiva de la sociedad gestora londinense rechazó la oferta para preservar su independencia.

La Deutsche Boerse, Euronext, el NYSE y la australiana Macquarie Bank también han mostrado su interés por el control del negocio de Londres. Nasdaq optó por cambiar de estrategia y empezó a construir su poder elevando la participación en el capital del LSE de forma progresiva. Robert Greifeld, consejero delegado del Nasdaq, describe el proceso de consolidación bursátil como un maratón, y no como una carrera de velocidad. Con esa filosofía, el pasado lunes en la gestora estadounidense se hacían con 2,2 millones de acciones y elevaban su participación hasta los 54,2 millones de títulos, el equivalente al 25,1% del capital.

Es el control que necesitaba el Nasdaq para evitar que la ejecutiva del LSE adopte decisiones estratégicas clave, como el cambio de propiedad, que pudiera interferir en su estrategia expansiva en Europa. La consejera delegada de la Bolsa de Londres, Clara Furse, llegó a decir en el pasado que preferiría establecer lazos con el NYSE antes que con el Nasdaq. Aunque la alianza natural era con el Euronext, porque eso le permitiría reforzar su posición en el mercado de futuros.

La ventaja que lleva el Nasdaq en el capital del operador bursátil londinense obligó, entre tanto, al Big Board a concentrar su estrategia en el negocio de la operadora Euronext. La plataforma paneuropea opera en la actualidad las bolsas de París, Ámsterdam, Bruselas y Lisboa, además del mercado de derivados Liffe en Londres. El NYSE, al igual que el LSE, está muy interesado en expandir la oferta de productos financiera para incluir derivados en su cartera, un mercado dominado por Chicago Mercantile Exchange.

La Bolsa de Nueva York cuenta con 2.682 compañías en lista, con un capital de mercado de 22,9 billones de dólares. El Big Board, que en diciembre se fusionó con la plataforma electrónica estadounidense Archipelago (ArcaEx), registró durante el primer trimestre un beneficio de 30,3 millones de dólares, frente a los 18 millones del Nasdaq. La compañía gestora del parqué neoyorquino cotiza desde marzo en Wall Street y la fusión con ArcaEx abrió el camino para ir de compras por Europa.

La oferta del NYSE por Euronext compite con la realizada desde Fráncfort por la Deutsche Boerse, la segunda mayor bolsa europea tras el LSE. Aunque la idea es que las dos bolsas operen de manera independiente por cuestiones regulatorias, la integración del negocio entre las dos orillas del Atlántico creará un gigante que operará en seis países y en diversas monedas, con un capital de compañías cotizadas de 26,9 billones de dólares (unos 21,3 billones de euros). Es casi tres veces más que los 9,3 billones de LSE y se distancia de los 6,8 billones de la Bolsa de Tokio, los 4,6 billones del Nasdaq y los 2,7 billones de la Deutsche Boerse. Y permitirá al NYSE meterse de lleno en el mercado de derivados, el de mayor potencial.

Euronext, creada en 2000, tenía difícil hasta ahora competir con las dos grandes bolsas europeas para hacerse con nuevos clientes. Y hasta hace cuatro años la idea de cotizar en EE UU, el mayor mercado de capitales del mundo, daba caché. La alianza con la Bolsa americana podría representar una amenaza para Londres, que domina la cotización de compañías que utilizan su plataforma bursátil como mercado de cotización secundario. Éste es otro de los motivos que explicarían por qué el NYSE y el Nasdaq están interesados por el negocio de sus rivales europeas. Wall Street tiene verdaderas dificultades para atraer nuevos clientes extranjeros por las estrictas reglas recogidas en la ley Sabarnes-Oxley de 2002.

Los datos revelan que de las 25 mayores ofertas de salida a bolsa anunciadas en todo el mundo en 2005, sólo una se realizó en EE UU, frente a nueve de 10 en 2000. El NYSE logró atraer una media anual de 50 empresas extranjeras entre 1996 y 2001. El año pasado sólo consiguió ocho. No sólo eso. Entre las grandes multinacionales que ya han anunciado el abandono de las bolsas estadounidenses por las normas de buen gobierno corporativo están la francesa Vivendi, la australiana Coles-Meyer y la japonesa Pionner. El LSE es, de hecho, el destino preferido de las empresas que buscan una alternativa a los mercados de capitales en EE UU, y atrajo 139 compañías en 2005.

La operadora londinense evita comentar el impacto en su negocio de la posible alianza de sus dos pretendientes, y a algunos inversores les sorprende tanta pasividad ante este proceso de consolidación. Y aunque quedan algunas cuestiones en el aire sobre el futuro de la fusión entre el NYSE y Euronext, los analistas ven difícil que la combinación de las operaciones transatlánticas sea capaz de comer cuota de mercado a Londres. En todo caso, opinan que es cuestión de tiempo ver otra oferta del Nasdaq sobre la mesa para hacerse con el control del negocio londinense, o que los gestores del LSE opten por lanzarse también a las adquisiciones. La situación más delicada sería para la Deutsche Boerse, que se arriesga a quedarse atrasada en un proceso que avanza con rapidez. Kurt Viermetz, jefe del consejo de supervisión de la Bolsa alemana, reconoció esta semana que ésta podría ser la última oportunidad para lograr una "superbolsa europea" y atraer otros pequeños operadores hacia su plataforma, como las bolsas de Italia, España y Suiza.

Robert Greifeld, presidente del mercado Nasdaq.
Robert Greifeld, presidente del mercado Nasdaq.AP

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