La leche no se aclara
Clas busca alianzas, pero los socios quieren seguir en solitario
Con una facturación de 670 millones de euros y una recogida de casi un millón de litros, Corporación Alimentaria Peñasanta (CAPSA), de la que Central Lechera Asturiana (Clas) es socio mayoritario, es la primera empresa en el sector lácteo. Sin embargo, su liderazgo en el futuro constituye un interrogante. Frente a la voluntad de sus ejecutivos de seguir creciendo con pactos o alianzas con otros grupos, una mayoría de socios pasivos apuestan por seguir en solitario.
Las inversiones del grupo en los últimos cinco años ascendieron a 220 millones de euros para modernizar plantas y diversificar la oferta
"El sector lácteo en el marco comunitario está experimentando un profundo proceso de concentración con la formación de grandes grupos. Nosotros somos una empresa importante, pero nuestro peso se irá diluyendo en el mercado si no apostamos por crecer. Sin alianzas no hay futuro", señala sin embargo el consejero delegado del grupo, Pedro Astals.
Para el máximo responsable ejecutivo de la firma asturiana, la empresa se halla en este momento en una cierta situación de estancamiento. Frente a las propuestas de seguir creciendo por diferentes vías, una parte de los socios cooperativistas mantienen su apuesta por seguir en solitario, lo que a la postre, según Pedro Astals, sólo se puede traducir en retroceso en el posicionamiento del grupo en el conjunto de las industrias lácteas.
Desde su llegada al grupo, en 1993, el actual consejero delegado Pedro Astals ha desarrollado una política basada fundamentalmente en dos pilares: crecimiento desde la diversificación y la innovación y la constitución de una nueva sociedad en CAPSA, donde la cooperativa mantenga una mayoría, pero con la participación de otros socios desde los franceses de Bongrain, actualmente con el 27% del capital, hasta las cajas asturianas, con el 16% del accionariado.Esta política ha supuesto igualmente desde el principio una división entre los propios socios.
En su estrategia de crecimiento, en la última década han quedado en el camino iniciativas como la posibilidad de una unidad de acción con otros grupos cooperativos como Iparlaten el País Vasco o Leyma en Galicia, actualmente ya embarcados en otros proyectos. En los años noventa se gestionaron igualmente proyectos con otros grupos industriales lácteos, como Puleva o Pascual, sin que en ningún caso se pasara de negociaciones en una primera fase.
El futuro de CAPSA no se ha tratado de dirigir solamente por las iniciativas desde la propia entidad. Igualmente, el grupo asturiano ha sido blanco del interés de otros grupos con un proyecto de crecimiento. En esta línea, el pasado mes de enero el grupo Agrolimen lanzó una oferta para la compra de la totalidad de la empresa por 300 millones de euros en una estrategia para la constitución de un gran grupo agroalimentario.
Frente a esta oferta de compra para que CAPSA formara parte de una gran grupo agroalimentario, la junta rectora de la cooperativa que controla casi el 57% del accionariado se opuso a la operación de venta. Los rectores de la cooperativa mantienen su rechazo a cualquier otra iniciativa en la misma dirección que suponga eliminar la identidad de la firma asturiana.
Clas, como entidad cooperativa ganadera tiene unos 8.500 socios. Sin embargo, unos de los principales problemas con los que se encuentra el grupo es la existencia de unos 6.500 ganaderos pasivos que siguen como socios pero que han dejado la actividad. En consecuencia, tienen capacidad para decidir el futuro del grupo, pero sin estar implicados directamente en su actividad. En opinión de algunos responsables de la entidad, se trata de una situación que se debería solventar de inmediato para que las decisiones de la sociedad cooperativa estuvieran más en manos de socios activos que son quienes se juegan su dinero.
Entre 1999 y 2005, CAPSA desarrolló un plan de inversiones para mejora de instalaciones y construcción de nuevas plantas de 220 millones de euros con la innovación y la diversificación como principales retos. Hoy, las inversiones sólo son de mantenimiento.
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