Las mentiras de Olmert
Los niños palestinos, víctimas del bloqueo israelí
Aunque a regañadientes, debo quitarme el sombrero ante el primer ministro israelí, Ehud Olmert, y su maquinaria propagandística por su absoluta audacia. Cuanto más amargan la vida, hieren y asesinan a los palestinos sus soldados y sus colonos, más alaban los funcionarios israelíes su humanidad. Como prueba de su mendacidad, véase el comunicado emitido por el Gobierno israelí después de la reunión del 21 de mayo, en la que decidieron desbloquear parte del dinero de los impuestos palestinos que tienen retenido, para financiar la compra de medicamentos por hospitales palestinos a los que se les están agotando los suministros básicos. Decía el comunicado: "El Estado de Israel se siente obligado a ocuparse de las cuestiones humanitarias y de la salud de quienes están enfermos en cualquier lugar. Bajo ninguna circunstancia podemos soportar la idea de un niño enfermo que carece de asistencia por culpa de la escasez de medicamentos, y esto no tiene nada que ver con ningún tipo de obligación formal. Se trata de una inquietud moral, fundamentalmente judía, que queremos respetar".
Convengo en que las inquietudes judías se han centrado históricamente en necesidades y acciones morales, y ahí es donde radican la belleza y el poder del judaísmo como religión y código ético. Es algo que me viene a la mente cada vez que leo un libro de oraciones judías que me regaló hace algunos años un amigo judío. Y ése es precisamente el motivo por el que las políticas de Israel nos resultan tan detestables a muchas personas de todo el mundo, y por lo que Israel ha sido el Estado censurado con más frecuencia en Naciones Unidas: porque en sus relaciones con los palestinos, ese Estado ignora y contradice sistemáticamente la profundidad ética del propio pueblo judío.
La expresión de preocupación de Olmert y el Gobierno israelí por la salud de los niños palestinos tendrá mucho eco en los medios de comunicación internacionales, pero las duras políticas de la ocupación israelí, que ya dura 39 años, se estudiarán con menos profundidad. Para cualquiera que esté interesado en el impacto de esas políticas sobre los niños palestinos, un buen punto de partida son los datos que difunde la Red de Organizaciones No Gubernamentales Palestinas (www.palestinemonitor.org). Estos datos son recopilados sobre el terreno por el Health Development Information and Policy Institute, con sede en Ramala, que ha sido premiado por la Organización Mundial de la Salud. Esas personas saben de lo que están hablando. Algunos de los datos que aportan son los siguientes.
Segunda Intifada
Sólo en los primeros dos años de la segunda Intifada, desde septiembre de 2000 hasta noviembre de 2002:
- 383 niños palestinos (menores de 18 años) murieron a manos del Ejército y de colonos israelíes, casi un 19% del total de palestinos asesinados. Esas cifras han aumentado desde entonces.
- Un 36% de todos los palestinos que resultaron heridos (se calcula que fueron más de 41.000) eran niños, y 2.610 alumnos resultaron heridos mientras iban o volvían del colegio.
- El bloqueo israelí ha paralizado el sistema sanitario palestino y los niños son especialmente vulnerables a esa política de castigo colectivo. Más de 500.000 niños han visto alterados sus revisiones médicas escolares, programas de vacunación y tratamientos odontológicos.
- Durante los dos primeros meses de Intifada, el índice de infecciones del tracto respiratorio superior en niños pasó del 20% al 40%. Casi un 60% de los niños de Gaza sufren infecciones parasitarias.
- Un número abrumador de niños palestinos muestran síntomas traumáticos, como trastornos del sueño, nerviosismo, disminución del apetito y el peso, sensación de desesperanza y frustración y pensamientos anormales sobre la muerte.
- Se han dado 36 casos de mujeres palestinas que estaban de parto y sufrieron demoras en los controles militares israelíes o se les negó el permiso para llegar a centros médicos o para que las recogiera una ambulancia. Al menos 14 de esas mujeres dieron a luz en el punto de control, y 8 de los partos culminaron con la muerte de los recién nacidos.
El asesinato de niños palestinos por parte del Ejército israelí prosigue a un ritmo acelerado. En su informe del pasado 16 de mayo, Amnistía Internacional acusó a dicho Ejército del asesinato de 190 palestinos, incluidos 50 niños, el año pasado.
Quizá esos datos resulten algo incómodos a los propagandistas israelíes y a sus portavoces estadounidenses. Pero si hablamos de las condiciones sanitarias de los palestinos, al menos debemos tener la decencia humana de mencionar datos, ya que la decencia humana es, de hecho, el legado moral de israelíes y palestinos por igual. Es hora de reafirmarlo, no de enterrarlo aún más bajo nuevas capas de mentiras y desinformación.
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