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Reportaje:LA NATURALEZA EN PHOTOESPAÑA 2006

La mano del hombre

Horacio Fernández cierra con esta edición su ciclo como comisario del festival PHotoEspaña. En estos tres años los conceptos que ha elegido para articular su proyecto han sido Historias, Ciudad y Naturaleza. Tres términos que, pese a su generalidad, tienen una fuerte conexión con lo que ha sido y es lo más específico de la cultura fotográfica y se encuentran fuertemente asociados con la historia del medio, lo que le ha permitido poner de nuevo sobre la mesa la consideración de la fotografía como documento y plantear la vigencia misma de los géneros fotográficos. Es posible ver así la continuidad de una idea motriz a lo largo de estos tres años: que las fotografías son conciencia del presente, un presente plagado de incoherencias y contradicciones, que el arte, y más específicamente la práctica fotográfica, nos ayudan a comprender ampliando nuestra experiencia. Una visión del medio que privilegia su carácter como documento y su extraordinaria capacidad para registrar y transmitir una experiencia sobre el mundo. En consonancia con estos principios se explica en buena medida el acercamiento al concepto de naturaleza propuesto por la programación y también las ausencias en su tratamiento. Ante todo hay una aproximación, no tanto al concepto de naturaleza como al de paisaje, entendido como un lugar construido socialmente. Lo que se ha priorizado aquí es la naturaleza en la medida en que es transformada por la intervención humana y los paisajes alterados por el hombre, un ámbito en el que las fotografías expuestas pueden seguir dando muestra de su capacidad para ser conciencia de un presente plagado de incoherencias, contradicciones y amenazas. Se dejan fuera así, y se echan realmente en falta, todas las propuestas que han utilizado la naturaleza como soporte de la obra de arte; o los trabajos que hacen referencia a la naturaleza y al paisaje como una idea modelada cultural y políticamente, o aquellos que profundizan críticamente sobre las reminiscencias en el arte actual de lo "pintoresco", como ocurre en los trabajos de la escuela alemana o el grupo de Vancouver, completamente ausentes.

No es extraño que el punto fuerte de esta edición se encuentre en un grupo de trabajos de base documental que dan cuenta de esos procesos de transformación del territorio, y que funcionan casi como un registro topográfico: el brasileño Caio Reisewitz, con una excelente serie que evidencia las tensiones entre el necesario desarrollo socioeconómico y la preservación de las reservas naturales; el británico John Davies, con una retrospectiva de su extenso proyecto sobre el paisaje industrial británico, que se mueve entre la referencia al estilo documental de la Nueva Topografía americana y el desarrollo de una estética posromántica; el canadiense Edward Burtynsky, con su trabajo, situado entre lo bello y lo sublime, sobre las enormes proporciones que alcanza el progreso industrial en su "lucha" con la naturaleza; y el estadounidense Joel Sternfeld, con su ironía hacia la sociedad americana en su tránsito desde lo vernacular a lo contemporáneo.

Un interesante contrapunto a esta vertiente documental se encuentra en las propuestas de Gonzalo Puch y Mireya Masó. Dos artistas con algunos parámetros comunes. Ambos presentan proyectos (Laboratorio exterior y Antártida confidencial, respectivamente) en los que hay un diálogo entre ciencia y naturaleza que funciona como un trasunto de la doble relación arte-técnica y arte-naturaleza. A través de la manifestación del dominio del hombre y de la técnica sobre la naturaleza, ambos artistas hacen una reflexión sobre la capacidad de sentir del individuo y sus posibilidades de comunicación con el entorno.

En esa misma línea podríamos situar una de las referencias imprescindibles de esta edición, la muestra de Olafur Eliasson. Este artista construye, a partir de múltiples imágenes de determinados elementos del paisaje, series en las que juega con las variaciones de color y forma; como él mismo señala, este trabajo "tiene que ver con las diferentes formas de ver (

...) juega con nuestra idea de lo que es una composición tradicional", profundizando así en los procesos de identificación y percepción del paisaje.

Se presentan también dos colectivas que intentan una aproximación a los tratamientos del espacio y del paisaje. La primera, El espacio interior, que agrupa nombres tan interesantes como los de Rita McBride, George Rousse, Dan Graham, Sam Taylor-Wood o Rachel Whiteread, se orienta preferentemente hacia trabajos centrados en el análisis y deconstrucción del espacio arquitectónico. La segunda, titulada Del paisaje reciente, y comisariada por Horacio Fernández, reúne a una docena de artistas que representan diversas maneras de abordar el paisaje. De entre ellos es destacable el trabajo de Rodney Graham, con sus árboles invertidos; la reflexión de Laín y Detanico sobre el carácter de la información y sus signos aplicado aquí a la observación del paisaje; la obra de Uta Barth, situada en un espacio de investigación formal entre la figuración y la abstracción, y la mirada antropológica de Xavier Ribas, con sus Estructuras invisibles, sobre la jerarquización y el ocultamiento del espacio histórico-arqueológico. Habría sido deseable que esta variedad de acercamientos no se hubiera reducido a los límites de una colectiva e impregnara de un modo más decidido la globalidad del programa expositivo.

Sin embargo, y como co n

traste, nos encontramos con una muy generosa presencia de fotógrafos japoneses que podría haberse resuelto en una colectiva. Son ocho propuestas que conforman un bloque diferenciado en la estructura del festival, y que presentan una estética particularmente homogénea en el tratamiento del paisaje. Predomina una visión de la naturaleza fuertemente ligada a la presencia del hombre, construyéndose como condensación de una experiencia individual, espiritual e íntima. En ese sentido, la percepción del paisaje aparece estrechamente relacionada con un cierto sentido del tiempo, ligado a elementos como la sedimentación, la duración, la contemplación o la memoria depositada en los objetos cotidianos. Quizá se ha establecido así, de manera implícita en esta edición de PHE, una polarización demasiado simple y evidente entre dos tradiciones culturales, que de haberse desarrollado con detenimiento hubiera dado para toda una edición del festival.

PhotoEspaña 2006. Del 1 de junio al 23 de julio. www.phedigital.com

'Nickel Tailings nº 31. Sudbury, Ontario' (1996), de Edward Burtynsky.
'Nickel Tailings nº 31. Sudbury, Ontario' (1996), de Edward Burtynsky.

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