"Un 30% de los que llegan a Canarias son candidatos a asilo"

Erika Feller dice que ha visto "cosas peores". Estos días, la adjunta del Alto Comisionado de Naciones Unidas para la Protección de los Refugiados (ACNUR), ha visitado dos centros de internamiento de extranjeros en Canarias y se vuelve a casa "satisfecha". Aún así, ha pedido más asistencia legal para los inmigrantes que llegan a las islas y 20 millones de dólares, la cantidad que aportan los principales contribuyentes de ACNUR.

Pregunta. En un cayuco abarrotado de subsaharianos que han llegado a Canarias en busca de una vida mejor, ¿quiénes son candidatos a obtener el estatuto de refugiado?

Respuesta. Ahora mismo, ese es el problema más grande al que nos enfrentamos. La distinción entre inmigrantes y refugiados está empezando a ser muy confusa. Un refugiado es una persona que se ha visto forzada a abandonar su país. Su vida, su integridad, corren peligro y por eso huye. Un inmigrante, a grosso modo, es alguien que ha ejercido una opción y deja su país para buscar una vida mejor en otro. La naturaleza de su huida es económica. Tiene que haber un proceso muy escrupuloso para saber quién lo es y quién no. Menos de un 30% de los inmigrantes que llegan en cayucos son candidatos a obtener el estatuto de refugiado.

"Es crucial que alguien les explique el sofisticado sistema de asilo español"

P. ¿Paso por paso, cómo debe ser ese proceso?

R. El reto es descubrir quiénes son esas personas lo más pronto posible. La única forma de averiguarlo es escuchar sus historias, entrevistarles uno por uno para saber por qué han venido y buscar las soluciones más adecuadas. En el caso de los inmigrantes económicos, lo mejor es el regreso a sus países de origen.

P. ¿Se cumple ese escrupuloso proceso en España?

R. El asesoramiento legal es crucial. Estas personas necesitan que alguien les explique el sofisticado sistema de asilo español de forma que lo entiendan, porque algunos de ellos van a tener la posibilidad de solicitar asilo. En cuanto a los demás, hay que organizar el retorno a sus países de la mejor manera posible, es decir, segura y con garantías. En el caso de España, creo que el proceso se cumple razonablemente bien. ACNUR asiste a las naciones que no están preparadas para diferenciar entre inmigrantes y refugiados, pero nosotros no somos una agencia de inmigración y no queremos contribuir a que un problema que no es un problema de refugiados, acabe siéndolo.

P. ¿Cree que las políticas de asilo se han vuelto más restrictivas a raíz de las oleadas de inmigrantes irregulares?

R. Sin duda. Hay un montón de razones por las que los países se han vuelto más estrictos. La inmigración irregular es una de ellas. La guerra contra el terrorismo internacional, otra. Nadie sabe realmente cuáles son las dimensiones del problema. Los Gobiernos populistas, con altos niveles de desempleo, por ejemplo, tienden a exagerar el impacto de estas migraciones y eso crea confusión y miedo.

P. Del 1 al 10, ¿qué nota le pondría a la política de asilo española? ¿Qué puesto ocupa España en la clasificación de contribuyentes del ACNUR?

R. Detesto poner notas, me parece poco pedagógico, pero creo que España se está acercando, poco a poco, al 10. Está siendo responsable, esa es la palabra. En cuanto a la aportación económica, me encantaría que España se uniese pronto a lo que nosotros llamamos El club de los 20 millones de dólares.