Tarek Aziz reaparece en el juicio a Sadam para defender la ejecución de 148 chiíes
El ex ministro de Asuntos Exteriores iraquí testificó en pijama y con aspecto desmejorado
Pálido, bastante desmejorado y vestido con un pijama, el ex ministro de Exteriores y ex viceprimer ministro iraquí Tarek Aziz reapareció ayer en Bagdad tres años después de su detención. Y lo hizo como testigo de la defensa en el juicio oral que se sigue contra Sadam Husein por la ejecución en 1982 de 148 chiíes en Dujail. Aziz, cristiano, aseguró que aquel castigo era conforme a las leyes existentes en Irak. "El jefe de Estado de cualquier país que sufre un intento de asesinato debe castigar a los ejecutores y a quienes les ayudaron en la operación", dijo ante el tribunal.
Aziz, que no está procesado en este sumario, basó toda su intervención en esa línea argumental: los siete acusados son inocentes, porque lo único que hicieron fue "castigar a quienes trataron de asesinar al jefe del Estado", algo que en opinión del que fuera ministro de Exteriores sucede en cualquier país del mundo. "El caso Dujail es parte de una cadena de operaciones de asesinato de altos cargos. Yo era uno de ellos", dijo. Se refería a varios atentados llevados a cabo por Dawa (partido islamista que hoy preside el Gobierno en la persona de Nuri al Maliki) y que desataron una brutal represión del régimen en la que murieron decenas de miles de chiíes. Aziz salió ileso de uno de esos atentados.
"Sadam es mi colega y mi camarada desde hace décadas. Y Barzan [al Tikriti, ex jefe de los servicios secretos] es mi hermano y mi amigo y tampoco es responsable de lo ocurrido en Dujail", dijo. Tarek Aziz se halla recluido desde hace tres años en una prisión especial de Bagdad, posiblemente en el palacio presidencial próximo al aeropuerto. Sus abogados han solicitado su puesta en libertad por motivos de salud.
También testificó ayer, llamado por la defensa, el ex director de la seguridad personal de Sadam, Abed Hamid Mahmud. Éste explicó que los conspiradores de Dujail marcaron el coche de Husein con sangre de una oveja sacrificada y que contaban con un potente transmisor de radio, lo que a su juicio demostraba la "implicación obvia" de Irán.
En la primera parte de la sesión de ayer se produjo una fuerte discusión entre el presidente del tribunal, Rauf Abdul Rahman, Sadam Husein y su medio hermano, Barzan al Tikriti. "Siéntese o le expulso de la sala", amenazó el juez a Barzan, que le había acusado de insultar a una mujer. "Usted lo que quiere es cerrar las bocas de la gente", le espetó Sadam. "Cállese, que usted es un acusado", replicó el juez al ex dictador. "Yo soy Sadam Husein, su presidente, y usted me votó". La sesión se pospuso hasta el 29 de mayo.
Por otra parte, Al Maliki aseguró ayer, tras reunirse en Bagdad con su homólogo danés, Anders Fogh Rasmussen, que las fuerzas iraquíes podrían asumir el control de la seguridad en todo el país en 18 meses, aunque admitió que antes necesitarán más reclutas y equipamiento.
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