Un amarre forzoso

La travesía se convirtió ayer en una caravana. Algo más de 400 pasajeros de distintas nacionalidades, entre ellos marroquíes, franceses o belgas, junto a un centenar de tripulantes, están realizando un viaje más largo de lo previsto inicialmente y con nuevas escalas que no incluía el folleto que contrataron.

Eran alrededor de las 19.00 horas del pasado lunes cuando el Marrakech Express, un ferry de bandera panameña de la compañía marroquí de navegación Comanav que realizaba la travesía regular entre la localidad de Sète (Francia) y Tánger (Marruecos) solicitó el amarre forzoso en el puerto de Valencia por una avería de calado en la turbina principal. La inesperada petición de ayuda fue atendida de inmediato y el buque atracó en las instalaciones portuarias durante las primeras horas de la madrugada de ayer martes. Ha sido el final marítimo de un viaje que en cualquier caso ayer continuó por carretera.

Las horas pasaron con una cierta incertidumbre y especulaciones de diversos tipos, con visita del Cónsul francés en Valencia incluida, y con tres personas a bordo deportadas de Francia y custodiadas por la policía. La avería sufrida, además, podía tardar semanas en repararse, dado que precisa del recambio de la pieza dañada, y al final se optó por una solución para la que se ha recurrido a los propios medios de los viajeros.

A media tarde de ayer, de hecho, los pasajeros que en su mayor parte iban en el barco con su vehículo, se distribuyeron en convoyes de 20 coches que fueron saliendo desde el puerto de Valencia en dirección a la V-30 y con destino final a Algeciras. Sólo un grupo de ocho personas se quedó dentro del barco unas horas más, por carecer de vehículo propio en el que desplazarse y para el que el armador del barco dispuso de un microbús para que realizaran el trayecto por carretera hasta el puerto más al sur del Mediterráneo. El barco vacío permanecerá en el puerto de Valencia hasta que se decida su destino.

El acuerdo logrado entre el armador y los más de 400 viajeros incluye el establecimiento de una indemnización de 20 euros por persona - cifra que multiplicados por los 434 pasajeros que fuentes de la Autoridad Portuaria de Valencia (APV) sumarían casi 8.700 euros- a lo que habría que sumar un pago de entre 100 euros y 150 euros por viajero para llegar al puerto de Algeciras, desde donde un ferry les llevará finalmente hasta Tánger, según la información facilitada por el Consulado francés en la ciudad de Valencia.

Las llegadas forzosas a puerto no son extrañas en el sector marítimo, pero tampoco son habituales, y en líneas generales suelen producirse en mercantes, por su mayor actividad.