Detenidas 'in fraganti' 11 personas que intentaban robar en una empresa

Los Mossos d'Esquadra detuvieron en la madrugada de ayer a 11 ciudadanos de nacionalidad rumana cuando intentaban entrar en una cerrajería de Centelles (Osona). Un vecino llamó a la policía a medianoche tras ver dos furgones que circulaban sin luces por el municipio.

Después de la detención de los presuntos ladrones, los agentes localizaron los dos furgones y comprobaron que otras ocho personas estaban trasladando material de un vehículo al otro. Dentro de los furgones encontraron herramientas y material que supuestamente utilizaban para delinquir: cizallas, gatos hidráulicos, cuchillos de cocina, linternas, destornilladores y guantes. Los detenidos, de edades comprendidas entre 18 y 34 años, podrían estar relacionados con otros robos que han ocurrido en Osona en los últimos días.

El día anterior a la detención, alguien entró a robar en una empresa de Centelles muy cercana a la cerrajería donde querían dar el golpe los detenidos. El propietario de la empresa advirtió que se habían llevado cable de cobre de unas inmensas bobinas que almacenaban al aire libre. El cobre robado está valorado en 12.000 euros. Al no disponer de grúa, los ladrones lo fueron cortando de una forma "chapucera", declararon fuentes de la empresa.

Robos en Alcarràs

Los Mossos d'Esquadra investigan cuatro robos en casas de Alcarràs (Segrià) ocurridos también durante la madrugada del martes por el método silencioso; es decir, mientras sus propietarios dormían. Los ladrones, dos hombres jóvenes, se llevaron pequeñas cantidades de dinero y joyas y, al ser sorprendidos, huyeron en un coche robado.

La policía autonómica confirmó que dos robos fueron consumados, mientras que otros dos no pasaron de tentativa porque en uno saltó la alarma y en el otro la propietaria se levantó al oír ruidos y sorprendió a los ladrones cuando entraban por la ventana del comedor.

Los Mossos afirman que en este caso los delincuentes pertenecen a bandas que no usan la violencia para conseguir sus objetivos y que suelen huir cuando son descubiertos.

La propietaria de uno de los chalets asaltados, Carolina G., explicó que no se dio cuenta de nada y que fue su marido quien, cuando se iba a trabajar, vio la persiana forzada y su bolso en el jardín con las pertenencias esparcidas por el suelo. A Carolina le entran temblores con sólo pensar que los ladrones se llevaron cosas de la habitación en la estaba durmiendo. "Estamos asustados porque han estado a nuestro lado sin que nos hayamos enterado", señaló.