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59º Festival de cine de Cannes

Manuel Huerga construye en 'Salvador' un alegato contra la pena de muerte

Aurora Intxausti

El anarquista Salvador Puig Antich fue ejecutado el 2 de marzo de 1974 mediante garrote vil. Su trágica y cruel muerte dejó una profunda huella en muchos sectores de la sociedad española contrarios al régimen fascista. Narrar la vida de este hombre y las circunstancias que rodearon su asesinato es lo que ha hecho el realizador Manuel Huerga en Salvador, filme que se proyecta hoy en Cannes en la sección del festival Una Cierta Mirada. La película, protagonizada por Daniel Brühl, Leonardo Sbaraglia, Ingrid Rubio y Tristán Ulloa, es "un alegato contra la pena de muerte y el derecho a la discrepancia. Es también un reflejo de cómo una dictadura puede acabar con todos aquellos que tengan ideas contrarias al pensamiento único de los fascismos", señaló ayer Huerga.

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El cineasta habló de Puig Antich como "un hombre que no era nacionalista ni independentista. Era un anarquista que soñaba con una sociedad diferente a la que le había tocado vivir. Los independentistas se han apropiado indebidamente de su causa".

En la película se muestra a Salvador Puig Antich como un hombre que se rebeló contra el sistema, pero no como un héroe o mártir y eso lo ha tenido muy en cuenta el actor Daniel Brühl. "Desde que me hicieron llegar el guión me sentí muy tentado de interpretar el personaje. Cuando conocí a sus hermanas me dio miedo, porque sentí una responsabilidad muy grande. No he vivido la dictadura, pero sabía lo que eso significaba por mis padres, que emigraron a Alemania". Brühl confesó que lo que más le costó durante su interpretación es tener que reprimir las lágrimas. "Aguantar y no derrumbarme era muy difícil. Además, el director me lo dejó claro desde el principio: 'las lágrimas las tiene que poner el espectador y no el actor, si no no estás haciendo un buen trabajo'. Creo que participar en esta película ha sido una buena lección de historia".

Tanto Leonardo Sbaraglia como Tristán Ulloa dijeron que están en el mundo de la interpretación para poder participar en películas como Salvador. "Mi familia vivió exiliada en Francia por ser republicanos y yo me he sentido muy afectado por este filme", apuntó Ulloa. "No podemos dejar que casos como el de Salvador Puig Antich queden en el olvido y proyectos como el de Huerga permiten recuperar la memoria".

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Sobre la firma

Aurora Intxausti
Coordina la sección de Cultura de Madrid y escribe en EL PAÍS desde 1985. Cree que es difícil encontrar una ciudad más bonita que San Sebastián.

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